Taller avanzado de escritura creativa
dimarts, 8 d’octubre del 2024
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Espacio para la participación del alumnado
Dibujar especies para que no se olviden
La fundación Artimalia presentó en mi academia de arte su proyecto con la finalidad de inmortalizar algunos tipos de animales que dejaron de existir, en la mayoría de los casos, por la intervención humana.
Elegí el Canguro Grey, por recordarme vivencias con varias especies australianas en peligro de extinción. Su desaparición se debe, fundamentalmente, a la explotación de su cuero curtido y facilidad de captura.
Encontré la forma que tenía la piel de cuero tras ser curtida, que sería utilizada como materia prima para su explotación. En ella perfilé un canguro huyendo/saltando de los cazadores y recorté el perímetro para transmitir el hueco de su ausencia.
CARMEN MARCO
LA VIDA SILENCIOSA
Sentía el bullicio. Estaba en un bucle oscuro que no podía comprender y rodeada de agua donde flotaba cómodamente. Sin embargo la curiosidad era mayor que el placer que sentía.
Esas voces que desprendían cariño le intrigaban. Esas luces que creía adivinar le despertaban una atracción difícil de describir.
Necesitó valor para encontrar el camino. Finalmente lo encontró.
Llegaba desnuda, dispuesta a seguir y lo hizo.
Pepa Gomez
Siempre le había fascinado, desde niña, desde que podía recordar.
Su variedad de azules la maravillaban; liso y brillante como un cristal la alegraba, cuando se llenaba de algodones soñaba en jugar, cuando se formaba un yunque amenazador se estremecía y los atardeceres le evocaban pasión.
Su fascinación le llevó a las clases de pintura y las clases la llevaron a él. El grandullón que la enamoró con su mirada de cielo. Fuerte y sensible. Su compañero, amante y amigo.
Pero ahora no consigue plasmar el naranja que quiere, todo le sale mal. El lienzo está hecho un asco. Lo lleva retocando un sinfín de veces.
Se gira, le oprime el pecho, le duele el corazón; el caballete de él está vacío.
Para ella, ahora, el cielo siempre está llorando.
ANA RODRÍGUEZ
Sin dudar un segundo, subió al escenario.
Empezó a actuar, con ese aire tranquilo del que ya acumula experiencia a sus espaldas y en ese momento el arma, que jamás debió de emitir más que un leve sonido, disparó un fogonazo que llegó a herir su cuerpo, dañándole la garganta.
Todos enloquecieron, la gente chillaba asustada y hasta hubo quien perdió el sentido, mientras él se tambaleaba.
Mª Amparo Carsí LLedó
Horario laboral
Él es el que nos pone nombre, nos arregla los papeles, nos vacuna y nos busca un lugar donde poder dormir, en ocasiones, incluso, duerme con nosotras. Nosotras, a cambio de tanta generosidad, le ofrecemos, nuestra carne, y nuestras almas cantoras y sumisas. Lo consideramos justo, dado, que, con el buen tiempo, nos saca a comer fuera de casa por los alrededores de la ciudad y disfrutamos del aire libre.
El día que nos pidió que saltáramos la valla durante la noche para que él pudiera dormir a pierna suelta se acabaron las amistades. Ahora Orwell nos lleva el asunto las negociaciones.
AMPARO ROMERO
RELATOS EN CADENA
RELATOS EN CADENA (En clase, entre todos)
23-1O-2024. Case de TOMAS MORENO
Entraron en el mar de la mano con grandes zancadas, no percibieron la enorme ola que se les acercaba lentamente El reflejo de la Luna les alertó, salieron rápidamente. Se encontraron en la arena tras haberse liberado de la la, se encontraron sus ojos. Desde una ventana alguien los observaba, escondidos tras rocas sobre la arena, ellos se sintieron vigilados. Los de la ventana se miraron sorprendidos al descubrir que ellos eranlos padre de una de aquellas figuras sobre la arena .....
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Iba yo a comprar y de repente en una esquina encontré un amigo de hace muchos años, le dí un fortísimo abrazo; el empezó a temblar, a llorar a decir.
―No puede ser, no puede ser, ¡Juan Juan!.
―¿Qué le pasa a Juan?.
―La semana pasada murió de cáncer. ¿Recuerdas cuando eramos el trío calavera?.
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COCHE NUEVO
¡No puede ser!, exclamó entre sorprendido e indignado. Hacía poco tiempo que se había comprado un coche nuevo. Le habían dicho que ese era el mejor. Desde luego era el más caro. Circulaba por la autopista, en una tarde lluviosa de invierno, cuando de repente el flamante deportivo rojo empezó a hacer unos ruidos raros y a disminuir la velocidad progresivamente, hasta que se paró. Refunfuñando se bajó del coche, destapó el capó y miró el motor. Como era previsible no descubrió la causa de lo sucedido. Entonces llamó al seguro, cuyo operario llegó totalmente empapado y con cara de pocos amigos. Tras revisar el vehículo comprobó que estaba bien. ¿Qué le pasa?, le preguntó todavía indignado. Él, esbozando una sonrisita burlona le contestó, “Si le pusiera gasolina, el coche funcionaría perfectamente”.
ENRIQUE ALBORCH
LA DUDA
Renato, en un momento de reflexión y rodeado de silencio, se preguntó
¿qué pensamiento es el más frecuente en los seres humanos?,¡ cual
sino, yo diría que “ la duda”!. Como dioses que somos, hemos sido
condenados, sin un ser superior que nos dicte normas morales y
valores, a encrucijadas de incertidumbre, desasosiego y angustia. ¡Qué
caminos tomar!, ¡qué decisiones afrontar!, ¡cómo dirigir nuestras vidas!.
Hemos sido liberados de la oscuridad. ¿Pero ahora que debemos
hacer?. ¡Como siempre seguir adelante con nuestra existencia, con las
normas y valores que deban ser cumplidas!, ¡las que impongan los que
manden!.
Pedro Llopis Narbón
Relato breve y Microrrelatos
LÁGRIMAS
Tras el accidente de moto no puedo mover ni un solo músculo. Ni siquiera pestañear. Puedo ver y, alguna vez, leer los labios. Para todos soy un vegetal, excepto para Camila, la estudiante que me cuida; ella sabe que estoy dentro de este cuerpo cada vez más deteriorado.
Mi mujer, Marta, acaba de entrar en la habitación; está preciosa con ese vestido verde oliva que tanto me gusta. Se acerca y me da un beso en la frente. Ya no llora con desesperación como antes; ahora solo soy una carga. Después, entra el médico con la carpeta de los papeles para que ella firme y puedan desconectarme.
Camila saca de su mochila, discretamente, una botellita de colirio y me humedece los ojos. Se dirige a Marta y le dice que estoy llorando. Marta se acerca corriendo hacia mí. Me mira. Vuelve hacia el médico y observo como le dice “no” con gestos. Él médico se va, cabizbajo, pensando que habrá que hacer más pruebas.
Camila se acerca a mi cara y me guiña un ojo. Después, Marta me besa, esta vez en la boca y me dice, despacito, mirándome a los ojos: “Te quiero, Quique”.
Margarita Arenas
Sentencia ejemplarizante
La diferencia entre la persona y el personaje lleva a una presión psicológica insoportable, dijo el acusado de violencia machista en su propia defensa. Por su parte la acusación argumentó que las condiciones del ambiente son semejantes para todos y en cambio hay muchos varones cuyo comportamiento es ejemplar. Tras la oportuna deliberación el juez sentenció que se condenaba al acusado a llevar puesto durante el resto de su vida un dorsal con la inscripción SEXTA FOSA-OCTAVO CÍRCULO, destino reservado para para los hipócritas convictos en el infierno de Dante.
Deberes de la II sesión. 23-10-24
Abdón Arjona
Ráfagas nocturnas
La tormenta azotaba la cabaña en la que Marta había decidido pasar el fin de semana. La luz se fue de golpe, dejándola en una penumbra densa, solo rota por los destellos de los relámpagos. Oyó unos pasos, pero no había nadie más allí, o eso creía. El sonido se acercaba, pausado, con eco. Se giró buscando algo con qué defenderse y encontró una vieja linterna en el suelo. La encendió y apuntó hacia el pasillo.
Una sombra avanzaba lentamente, y cuando estuvo a punto de gritar, reconoció el rostro de su amiga Clara. "¡Pero tú… tú estás muerta!", murmuró, retrocediendo. La figura sonrió y se desvaneció en el aire.
Al día siguiente, Marta despertó en el hospital. Los médicos le informaron que había sufrido un accidente en carretera y que, de hecho, había estado sola todo el tiempo.
MARINA PÉREZ
LA COINCIDENCIA.
MARIA PILAR FEDEZ.CASTELLOTE
La botella encontrada en la arena tenía un mensaje escrito.
Juan y Pedro crecieron juntos con el sonido del mar. Compartían actividades y juegos infantiles. Más tarde soñaban aventuras. Fueron grandes amigos. Con el tiempo llegaron a profesiones diferentes. Juan, introspectivo y apasionado con los libros, llegó a ser escritor y Pedro, con temperamento inquieto y aventurero, se dedicó a la faena del mar. No cambió la amistad; sentían verdadero entusiasmo en sus continuados encuentros.
Ya mayor, Pedro en uno de sus viajes, recordó la aventura que juntos prometieron hacer el día que lograran descifrar el mensaje de la botella : !navegar hasta encontrar la isla solitaria! En la travesía fue recordando los juegos que hacían en la playa: búsqueda de conchas, estrellas de mar, caracoles y objetos perdidos en la arena. Llegó a la isla. Bajó del barco. Centrado en la realidad quedó asombrado del silencio. Contempló el lugar: rocas, huecos y pasadizos lamidos por aguas, espumas y oleajes. !Quedó sorprendido! Todos los detalles estaban descritos en la última novela de Juan.
LA IMPORTANCIA DE LA PUNTUALIDAD
Qué cansado resultaba saber, tanto la hora de salida del tren como la de llegada a destino, y que jamás ni la una ni la otra se cumplían.
Así las cosas, solo el derecho a la queja inútil suavizaba el enfado, aunque añadía una gota más al vaso donde almacenaba las impotencias que, por cierto, cada vez gestionaba peor.
Era muy distinta la reacción cuando ese mismo recorrido que, la llevaba a casa de los abuelos, se alargaba y se alargaba. Entonces no tenía ninguna urgencia. Representaba una pequeñísima fracción de la vida que tenía por delante. Ahora, tantos años después, siempre tiene prisa.
CARMEN
LA TRAICIÓN
¡No es posible!
¿Cómo ha sido capaz de hacerme esto? ¡Ella era mi amiga!
Esas fotos eran nuestro secreto y nadie más podía verlas, pero ella ha decidido publicarlas.
No puedo soportar el dolor que me produce esta traición.
No podré aguantar cuchicheos, ni miradas inquisitivas, ni risitas a mis espaldas. Necesito acabar con este sufrimiento.
Ya empieza el sopor, ya se apagan todas las luces...
lo siento mamá…
M.ª José Ferrer Fuster
Sara Albirena Gutiérrez. Piura-Perú
Géneros periodísticos
Mandaremos instrucciones para reanudar las clases. Por mi parte todo va bien, espero que vosotros estéis todos bien. Un saludo a Perú y gracias por interesarse. Tomás
Gracias🙏🏽 Tengo narrativas que me encantaría que leyera, de ser posible enviarme úna dirección de correo: aa1canela@gmail.com
Sara Albirena Gutiérrez. Piura-Perú
Géneros periodísticos
El décimo
Solo había transcurrido un mes del fatídico accidente y a Maite, cada mañana,
mientras paladeaba su primer café, la noticia zumbaba en su cabeza tal cual
abejorro: El aterrizaje forzoso de un avión, envuelto en llamas, en el que
regresaba Candela, su amiga de la infancia. «No hay supervivientes».
─Quisiera creer que es un sueño, que no es real ─pensaba, con su mano
asida a la taza de café─. ¿Quién organizará ahora, cada 6 de diciembre, esa
comida de amigos en El Palmar y se encargará de comprar la lotería de El Niño?
Y Elías, el ludópata del grupo: «No te olvides de comprar el décimo, el 20008,
como siempre; un número raro de cojones, ¡pero algún año nos ha de tocar!».
─¡¿Maite… me escuchas?! ─vociferaba Elías, la mañana del 6 de enero,
al otro lado del hilo telefónico─ ¿te has enterado? ¡Somos ricos, Maite! ¡El 20008
ha obtenido el primer premio, el gordo!
Maite, recordaba, rota de dolor, cómo rompió en sollozos, y con la voz
entrecortada, le respondió: «¿No te has enterado, Elías?... El avión en el que
regresaba Candela desde Londres se ha estrellado».
─¡No jodas, Maite! ¿Y ahora qué vamos a hacer? Candela era la
depositaria del décimo ¿no? ¡La madre que me parió! ¡Hay que buscar ese
décimo, como sea ¿eh?!
Mientras Elías continuaba, enloquecido, escupiendo maldiciones por su
boca, ajeno a la desgarradora noticia, sin mostrar un ápice de compasión, Maite
contuvo la respiración durante unos segundos y finalmente colgó el teléfono. Se
quedó sin palabras, acababa de descubrir el horror de la misera humana.
María Ángeles Martínez Cuenca
11/12/2024
LA BANQUERA
En aquella cafeteria y haciendo honor a su nombre, "él templo del café", su aroma envolvía la estancia. Café con leche y tostadas o un chocolate calentito con churros era nuestro desayuno diario; unos veinte minutos en los que hablábamos de lo vivido el día anterior, o alguna curiosidad de nuestros tiempos pasados. Yo solía hablar algo mas, de mi trabajo atendiendo al publico, narrando algunas anécdotas vividas, mi experiencia conviviendo con personas sordas de mi familia; ella hablaba menos, sin embargo su dulce voz hacía que cada una de sus palabras, frase o relatos, pocos bien es cierto, expresasen sentimientos. Su aspecto frágil parecía contrastar con su fuerza interior. Me trasmitía fortaleza para seguir cada día. Gracias a los desayunos de aquellos tres meses, aproximadamente, viví reconfortada y agradecida. Terminado nuestro desayuno diario, salíamos, yo caminaba a la oficina, ella a la parada del autos bus. Aquel día antes de doblar la esquina me volví a mirarla. Estaba bajo la marquesina,sentada en el banco sujetando su maleta. Estaba en casa.
Encarna Taberner C. (24-10-2024)
EL GUATEQUE
Su hija ha escogido su ropa, discreta y cómoda pero elegante. Peinada y maquillada para la ocasión. Acomodada en un lugar preferente y rodeada de flores, aunque no alcanza a leer sus misivas. Es una pena que este recinto interior oculte la primavera.
En la entrada, los hermanos reciben a los asistentes. Se respira un ambiente de abrazos, besos y hasta alguna lágrima. Conversaciones pobladas de recuerdos y murmullos de utópicos reencuentros que nunca llegaran.
Sus nietos, charlando con sus móviles, rodean la mesa del tentempié. Tan sólo reconoce algunas viejas caras desdibujadas, casi olvidadas, que con marcha lenta se acomodan en los divanes que la rodean, porque” los suyos” hace mucho que se fueron.
Es entonces, cuando su cuerpo inerte, recostado en su féretro, reconoce su muerte, y deja escapar a su espíritu.
Inma Sierra
EL BOSQUE
Ayer soñé, como otras muchas veces, que andaba por el camino del
bosque. El día era brumoso y amenazaba lluvia, árboles de todo tipo:
castaños, robles, tilos, hayas y abedules desprendían de sus ramas una
alfombra de hojas rojizas, ocres y de colores otoñales.Algunos
aparecían caídos por el paso del tiempo, otros habían sido talados. De
repente una figura espectral, cubierta con una túnica negra que le cubría
de los pies a la cabeza se cruzó en mi camino y me miró de soslayo, yo
también, pero no cruzamos ningún saludo, todo mi ser experimentó una
sensación extraña, como de un mal presagio. Por suerte, más adelante,
escuché una voz infantil, que me llamaba ¡abuelo!. Un nuevo ser
recorrerá el mismo camino.
PEDRO JOAQUÍN LLOPIS
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