dimecres, 4 d’octubre del 2023

EL PODER DE LO BREVE: TALLER DE ESCRITURA CREATIVA

 

LA NAU GRAN EN OBERT



110 comentaris:

Anònim ha dit...



La història d'un paraigua rebel

No camina sol, camina amb companyia dels seus pensaments. Són records d'un passat pròxim. Fa poc més d'una setmana gaudia plenament d'un sol amb matisos. Preparat per a l'avenir amb una actitud farcida de seny enfront dels que l'esperen, va trepitjant el camí. Porta un paraigua. Pròxim al conflicte, cara a cara amb l'adversitat remou recursos, busca al fons de l'enteniment, no troba el que vol. Lleugerament incòmode, va perdent a cabassos la paciència. Sobtadament encerta el recurs. En alçar el cap i fer ampla la mirada ho descobreix amb claredat: l'enemic havia transmutat, d'estat contundent a somriure assolellat. Era esquerrà i havia intentat obrir-lo amb la dreta.

-Amb la dreta no dec jugar... he acabat tot mullat. La meua dominant és la mà esquerra -Conclou satisfet.

FRANCESC ALEMANY

Anònim ha dit...

¡Coge el paraguas que va a llover!, gritó la madre de Juanito viendo la nube negra que se acercaba. Por no oírla cogió el primero que encontró en el paragüero, ¡si no va a llover qué exagerada! Al salir a la calle comenzaron a caer unas gotas sin darle importancia, poco a poco fue en aumento y pensó: ¡las madres lo saben todo!, con gesto contraído se dispuso a abrir el paraguas, ¡vaya he cogido el más viejo y derrengado!, si consigo abrirlo ya me habré copado todo. Finalmente lo abrió, como si de una batalla se tratara, sonrió triunfante. ¡por fin lo he abierto!, sin darse cuenta de que ya había pasado la nube y lucía el sol como si se burlara de él, al contemplar la escena.
AMPARO FORÉS

Anònim ha dit...

LA SOLUCION ESTA EN TI
Tienes cáncer, te dijo el médico. La expresión de tu cara cambio radicalmente. La enfermedad había comenzado a dar señales de lo que posteriormente vendría. Sabíamos que por nuestra edad y nuestros antecedentes esto podría ocurrir. Desde entonces siempre te he visto de pie luchando contra aquello que te maltrataba. Aferrándote a todo aquello que te pudiera ayudar. Pero no todo funciona como debería. En algunos casos la medicina falla en lo que es su función; curar. Pero tú y yo teníamos un secreto que guardábamos para última hora.
LA HORA MAS OSCURA DEL DIA ES JUSTO ANTES DE QUE SALGA EL SOL
Por fin te curaste amado mío.
Manolo Garcia Dutor

TOMAS MORENO ha dit...

EL PARAGUAS DE LA TÍA ROSARIO

El paraguas de la rácana de mi tía Rosario me está dando por saco, no hay forma, se me resiste. Claro, se le ve, lo bautizaron el año de la polca, garantizado. Miguelín, llévate mi paraguas que está empezando a chispear, te vas a mojar y después el asma no te deja vivir; y yo, tonto de narices y porque no sé decir que no, cargo con esta antigualla para sudar mientras me mojo, ¡es que no hay manera de abrirlo! Lo negro que está el cielo y la que cae, y yo peleando con este duro rival. Llevo un cuarto de hora dale que te pego y no lo abro, eso sí, los dedos me los está destrozando aquí el inmemorial y veo que empieza a escampar. Ale, abierto y sol fuera, todo uno. Cuando llegue a casa una copita de coñac, para entonar este cuerpo serrano, y un ¡A tu salud tía Rosario y a la de tu paraguas antediluviano!
INMA VG

TOMAS MORENO ha dit...

Magnífico trabajo

TOMAS MORENO ha dit...

COMO LA VIDA MISMA


Salí contenta de casa: por una vez el pronóstico del tiempo había sido acertado y yo había cogido el paraguas./
Las primeras gotas acompañaron mi alegría…¡hacía falta la lluvia! aunque después de tanto tiempo sin uso mi resguardo se resistía a abrirse.
Y como ya es saber popular que “En esta terra no sap ploure”, el aguacero aumentaba al mismo ritmo que mi mal humor, y el paraguas persistía en su empeño.
Cuando estaba a punto de lanzar a la basura tal utensilio, el sol apareció y decidí que una vez abierto hiciera papel de sombrilla, posiblemente su uso más habitual en el futuro./
Sonreí, no sé si por la súbita aparición del sol, si por el arreglo de tan inútil artefacto, o por lo mucho que aquella situación me había recordado mi vida amorosa: cuando la tuve, sólo los que me rodeaban acertaron en el pronóstico: quedó oxidada por el tiempo.
Tan solo los rayos de un nuevo sol me arrancaron la sonrisa./
SOLEDAD VILCHES

TOMAS MORENO ha dit...

El botoncito.
Miguel Ángel Albero.
Tic, tic, tic… Una y otra vez dándole al dichoso botoncito y el paraguas que no se quería abrir. ¡Menudo aguacero!
Precisamente el día que había de presentar los resultados del proyecto ante la alta dirección, los inversores, y hasta los
japoneses que vinieron adrede desde Tokyo. Tal y como me pidió el jefe me puse mi mejor traje para impresionarlos.
Los del tiempo habían anunciado la remisión de las lluvias. No obstante, como soy un hombre metódico y precavido,
cogí el paraguas recién comprado en el Corte Inglés. Fui con tiempo de sobra caminando hasta la delegación para
repasar mentalmente mi discurso durante el trayecto. Todo auguraba mi tan esperado y merecidísimo ascenso.
Todo iba bien, pero diez minutos después de salir cayó la de Dios. Y el paraguas sin abrirse. Tic, tic, tic… Nada.
La lluvia cesó a punto de llegar, cuando al enésimo tic logré que se abriera. De dentro del paraguas cayó una publicidad
del Circo Ruso que había estado sujeta firmemente por una goma a las varillas. Mi traje quedó chorreando y arrugado, y
los zapatos y las perneras del pantalón totalmente salpicados de barro. Menos mal que al menos el paraguas se abrió.
MIGUEL ÁNGEL ALBERO

Anònim ha dit...

EL PARAGUAS
Pilar Mengod Clemente

“Vivo sin vivir en mí” Santa Teresa.

¿Dónde estoy ?¡ Qué oscuro! Alrededor todo son bolsas. Empiezo a recordar, veo a Pedrito muy enfadado y calado hasta los huesos y yo en su mano abierto y extrañado, hace sol.
Otra imagen me vuelve, yo en la mano de Susana, la madre de Pedrito, que le dice: “Pedro, llévate el paraguas que te regaló la abuela Carmen, está nublado y va a llover”. Pedro protesta, su madre no le escucha. Me recuerdo feliz, por fin, me voy a estrenar, pienso.
¡ Dios mío! Ahora recuerdo todo, Pedrito rojo de ira intentando abrirme, y yo intentando ayudarle a extender mis varillas, pero son demasiado débiles, de mala calidad. La abuela tiene una pensión muy pequeña.
De pronto veo una luz y unas manos me sacan y me llevan a una gran nave, dónde me deshacen para en otro lugar ser un trozo de una magnifica sombrilla. ¡Siempre quise ser un parasol!

TOMAS MORENO ha dit...

Muy buen trabajo.

Anònim ha dit...

TRAICIÓN
¿Cuánto tiempo llevaba en mi vida? El suficiente como para pensar que no iba a fallarme nunca. Pocas cosas hay seguras y él no fue una de ellas. Me traicionó en el momento que más lo necesitaba. Luché con todas mis fuerzas para que me diera su protección, pero no reaccionó. Cuando lo hizo, su ayuda llegó tarde, demasiado tarde. Ya, para entonces, la lluvia que había caído unas horas antes, me caló tan hondo que sentí como llegó a ahogarse mi confianza en él.
Un paraguas que no se abrió cuando más llovía, no debía seguir a mi lado. Y allí quedó, en el contenedor de color gris.
Concepción García Belenguer

TOMAS MORENO ha dit...

¡Ábrete Sésamo! Nada, ni por esas se quiere abrir el empecinado. Y eso que se avecinan los 40 ladrones trayendo consigo toda la lluvia acumulada durante meses. Empiezo a sentir cómo el agua va empapando sin tregua mi pantalón, mi camisa, el cabello chorreante y va calando en mi ánimo. A punto ya de desistir en mi infructuoso empeño y deshacerme del infecto objeto en la papelera más cercana, decidió por fin ceder y brindarse a cumplir con su función justo cuando lucía un espléndido sol. Como bien reza la ley de Murphy: “llevar un paraguas cuando hay previsión de lluvia hace menos probable que llueva”, y en caso de que se cumpla la previsión, con o sin paraguas te mojas igualmente.
FRANCISCA SANGIL

TOMAS MORENO ha dit...

ELEMENTOS EN CONTRA



No puedo, se resiste a ser abierto, lucha conmigo. Abandonado durante meses en el perchero me está echando un pulso en este otoño desatinado. Las gotas se intensifican, el viento arrecia y la gente se apura por la acera bajo los balcones. Mis dedos torpes no consiguen vencer el pequeño mecanismo que me permitiría desplegar un mínimo refugio. Al salir de casa me alegré de portarlo conmigo. Nubes negras avanzaban hacia el mar cubierto de una claridad engañosa en ese momento. Ahora, la lluvia me empapa sin remedio en medio de mi absurda batalla. Por fin, me asalta el sonido fácil de una apertura ya inesperada, como inesperados los rayos de sol que empiezan a asomar.

Amparo Berrocal
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TOMAS MORENO ha dit...

«Justa venganza»

Salió de casa bien pertrechado por si se cumplía el pronóstico; y el pronóstico se cumplió. Mientras llovía sin piedad, a pesar de todos sus esfuerzos, fue incapaz de abrirme. Solo me dejé cuando un radiante sol brillaba en el cielo. Mi justa venganza por tenerme siempre arrinconado en el paragüero.
Pepolgri

TOMAS MORENO ha dit...

OTOÑO
Empezó a llover. Estamos teniendo un tiempo loco, loco…
Con tantos problemas acumulados, se le olvidó coger el chubasquero, menos mal que llevaba el paraguas para su padre. Mientras pensaba en cómo decirle al viejo que no podía quedarse en su casa y que le había reservado plaza en una residencia, se iba mojando. El maldito negado en redondo a tenerlo en casa ni un solo día. Menos mal que los niños estaban en el internado. Se estaba calando. Esperaba que su padre entendiera la excusa de las obras en casa.
Lo había ensayado tantas veces que hasta él se lo creía. Por fin se abrió el puñetero paraguas. ¡Y ahora sale el sol! Otoño de mierda y mierda de vida.
¿Cómo se lo voy a decir sin hacerle demasiado daño?

TOMAS MORENO ha dit...

DEJÀ VU

Me levanto temprano para ver amanecer, está nublado, tomo un café de los míos, fuerte, mientras pienso en cómo aprovechar el día, iré a trabajar, luego a clase de inglés, de vuelta, haré la compra en el supermercado…, es un día incierto. Puede que llueva, motivo para lucir mi nuevo paraguas.

De camino, percibo la caricia de suaves gotas de lluvia en el rostro y en las manos, es el maná del cielo, alimento para la tierra, da gozo, pasear bajo la llovizna, huelo la tierra, oigo el rechinar de las piedras al caminar, veo lozanas hojas llenas de clorofila, siento que me envuelve un manto de energía, caída del cielo.

En cosa de segundos, muy repentinamente, llega una tormenta con viento, lluvia, rayos y truenos, mi mente se traslada a los paseos por bosques de la costa de Kerala (India), allí los cambios climáticos son drásticos y habituales, estoy en medio de un monzón, compruebo que no puedo abrir el paraguas, llueve a cantaros, estoy empapado, me esperan en la oficina, he de fichar, empiezan los sudores, les sigue el pánico, caminar me calma, chop, chop, chop…, sale el Sol, un Sol radiante y potente, siento que me sonríe, que suerte la mía, no estoy en India, no hay cocos asesinos cayendo de las altas palmeras, ya en el trabajo, inicio la jornada con total normalidad.
CARMEN MARTÍ


TOMAS MORENO ha dit...

MATILDE FERNÁNDEZ

TOMAS MORENO ha dit...

Las hojas de otoño:
Antes de salir, junto a la puerta de la terraza las vi, hojas marchitas,
caídas de los árboles cercanos.
Levanté la vista hacia las nubes , amenazaba lluvia.

Cogí un paraguas, de los pequeños y plegables, con las primeras gotas
intenté abrirlo, fue imposible no conseguí más que atascarlo, no se abrió.

Al poco rato, cuanto más mojado estaba. el sol alumbró los charcos
llenos de hojas de otoño.
JOSÉ MANUEL RIUS

TOMAS MORENO ha dit...

Mª José Ferrer Fuster
Una llamada urgente, me hizo salir de casa a toda prisa. Había mirado la previsión del tiempo y sabía que iba a llover, así que cogí un paraguas de los que había en el paragüero.
Al salir a la calle, sólo chispeaba y nunca pensé que abrir un paraguas podía ser un problema para un Informático. Sin embargo, la lluvia empezó a caer con fuerza y el botón de apertura del paraguas no respondía. Lo intenté todo, pero fue en vano. Entonces recordé la advertencia de mi madre: “si no tiras ese paraguas te verás en un apuro, está estropeado!!”. Ya era demasiado tarde y cuando finalmente pude abrir el maldito paraguas ya estaba empapado como un pollo. Maldije reconocer que “mi madre siempre tiene razón” pero mi enfado fue en aumento cuando miré al cielo y vi un sol, que salía entre las nubes y parecía reírse de mí.
Siempre sospeché que las Madres tienen relación con el sol y éste ahora parecía decirme con su sonrisa “Ya te lo decía tu madre … “
FERRER, MARÍA JOSÉ

TOMAS MORENO ha dit...

"Adaptación cultural"

Ha empezado a llover. En Valencia dirían: "Jolines, llueve!"

¡Menos mal que traje paraguas! Tan precavido!
Maldito paraguas no se abre.
Quién habrá diseñado esto tan mal? Esto me pasa por comprar barato.

Estoy ensopado.

Jolines, ha salido el sol!

SV

TOMAS MORENO ha dit...

ANGELA RUIZ GIL
RELATO SOBRE VIÑETAS

Ricardín siempre había sido un buen chico; religioso como sus padres, sumiso como su padre y pesimista como su madre ¡Todo quedaba en familia!
Aquella tarde había quedado con una mujer; estaba nervioso. No era la primera vez que quedaba, tal vez por eso estaba más nervioso de lo normal. Aunque Ricardín lo tenía asumido. Siempre que las cosas le salían mal, se lo decía su madre:
—Ricardín, habiendo nacido un martes 13, nada bueno te puede pasar. Asúmelo, cariño.
Así que esa tarde Ricardín quiso ponerle trabas a su mala fortuna y cogió el paraguas; ese plegable que tanto apreciaba su padre. Y cuando empezaron a caer unas gotas decidió abrirlo para llegar impoluto a su cita.
Las nubes eran oscuras y habían decidido descargar todas sobre él. El paraguas hacía tiempo que no se gastaba ¿O no se utilizó nunca porque al ser tan caro se reservaba solo para ocasiones especiales?
Seguía lloviendo y Ricardín seguía peleando con el paraguas en lugar de salir corriendo a resguardarse en cualquier portal. Peleó, peleó y solo consiguió abrirlo cuando el sol empezaba a ganarle espacio a las nubes. Comenzó a lucir un sol en todo su esplendor mientras Ricardín se quedaba bajo el paraguas abierto con toda la ropa mojada. Estaba claro que así no podía acudir a su cita.
De nuevo su madre y el maldito destino jugaban en su contra.

TOMAS MORENO ha dit...

Iba Pedrito a salir de casa, para su paseo matinal, con sus pantalones anchos y zapatillas, llevaba también jersey, pues las previsiones del tiempo marcaban fresco y lluvia, por lo que cogió precavidamente un paraguas.
Y menos mal porque nada más poner pie en la calle notó que empezaba una llovizna.
Al arreciar más, se preparó para abrir el paraguas, que en principio se resistía.
La lluvia persistía, siendo incapaz de desplegar el paraguas; vale es el primero que encontró y seguramente llevaba desde la última lluvia en febrero pasado, pero que nada, llevaba pelo, jersey, zapatillas, todo empapado además de un cabreo de mil demonios…
¡Cuando por fin se abrió el paraguas! Ahora que había dejado de llover y las únicas gotas que caían eran las del jersey empapado y el paraguas que escurría.
No se le pasó el mal humor, pues al cambio de tiempo se sumó un sol sonriente y límpido, que dejo el cielo radiante, pero no suficiente para secar toda el agua que llevaba en su ropa.

VICENTE MARCO

TOMAS MORENO ha dit...

FLASHBAK

Siento una paz absoluta, la brisa impulse la vela y yo me adormezco. De pronto, viene a mi mente una imagen del choque con el contenedor a la deriva, la botavara me golpea en la cabeza.

Ya comprendo… estoy muerto

M Jesús Sánchez

TOMAS MORENO ha dit...

El final de la condena.
Miguel Ángel Albero.
A menudo, me siento asustada, tensa, ausente. Recuerdo los hechos como una vaga secuencia de imágenes y sensaciones vívidas sin punto de unión y con detalles que me permanecen ocultos.

El tipo que se lio con mi madre tras divorciarse de papá era policía nacional. El cerdo abusó sexualmente de mí cuando yo tenía sólo doce años. Siento asco al recordar su olor apestoso, su piel depilada, sentirlo desnudo, sus jadeos. Hoy desconfío de todos y el sexo me da náuseas.

“Como le digas algo a la mamá voy a mataros a las dos”. Me amenazaba tras cada episodio.

Ese día llegó mi madre y debió vernos. Le cogió la pistola con sigilo y le pegó un tiro en la cabeza delante de mis narices. Esta es la secuencia de hechos que quedó redactada en el auto judicial y la que a mí me viene a la mente. Ella se declaró culpable, pero es imposible que ella manejara un arma. Ni siquiera sabría quitarle el seguro, a pesar de lo sencillo que es. ¿Realmente lo mató ella?

Hoy termina su condena. Con los atenuantes quedó en sólo ocho años. La mía aún sigue vigente.

TOMAS MORENO ha dit...

ÉRASE UNA VEZ
¡Carmeeen, a comer!! Ya está la pesada de mi madre llamando a voz en grito. Justo ahora que acababa de cerrar el baúl en plan señorona, de esas que van a tomar chocolate a Santa Catalina, con mi sombrero negro de fieltro y el bolso de asa dorada con forro de satén marfil enmohecido.
Mi pasatiempo favorito consistía en subir a “la leñera”, un desván así llamado por ser el lugar dónde se almacenaba antiguamente la leña. Todavía me siguen gustando los lugares en alto. Las tablas de madera apiladas en un rincón eran la barra del bar una vez dispuestas entre los respaldos de dos sillas. Los cajones de naranjas del revés se convertían en mesas dónde tomaban café dos señoritas rubias de cabello enmarañado y mirada fija que nunca hablaban entre sí.
- ¡Carmen, a comer! - la auxiliar me sacude ligeramente el hombro y yo la miro con asombro- Se había quedado usted dormida. Sus compañeros ya están en el comedor.
FRANCISCA SANGIL

TOMAS MORENO ha dit...

Reencuentro

Un domingo de mayo con su olor a flores y mucho colorido, Eugenia se levantó y abrió las ventanas de su casa y cuando vio que hacía un día maravilloso, pensó coger la bicicleta e irse a pasear. Estuvo un rato disfrutando de su paseo y cuando se cansó se sentó en el césped se quitó las gafas de sol y sacó un libro, pero su mirada se dirigió a una persona que iba paseando con ropa deportiva, gafas de sol y a ritmo lento; se dio cuenta que era Xavi, un amigo que estudió con ella en Barcelona. Eugenia se levantó, le llamó y la reconoció, llenos los dos de alegría se sentaron en el césped y empezaron a recordar su vida en Barcelona. Los dos eran luchadores en la época del principio de los años 80, época histórica muy reivindicativa.
Empezaron a recordar las ilusiones que tenían para cambiar la sociedad, pero después de una larga conversación entre Eugenia y Xavi, ella concluyó que Xavi se había alejado de los principios por los cuales había luchado y se había refugiado en un mundo conservador, pero Eugenia seguía con esas ilusiones recordando con más fuerza sus días por Barcelona frecuentando los barrios del Raval, Gótico y Born.
Xavi le dijo a Eugenia que se había instalado en Valencia, sí que se vieron alguna vez, siendo sus encuentros desfavorables.
Eugenia se llenó de tristeza al saber que su compañero estaba dentro de una sociedad convencional.
ANA CERVERÓ

TOMAS MORENO ha dit...


Tengo ante mí la página en blanco del relato breve que tengo que escribir para el taller de narrativa. No se me ocurre nada. Con lo fácil que parecía. Mi mente es como un disco duro recién reseteado.
Siempre que empiezo a escribir, me viene a la memoria cuando tenía que hacer los deberes para Carlos. Cuando apareció en el colegio se armó un buen revuelo. Lógico, era el primer profesor joven que tuvimos en todo el bachillerato. El resto del claustro eran monjas, viejos y viejas. Además de obligarnos a leer mucho, nos acostumbró a escribir, a leer nuestras cosas y a comentar y criticarlo todo. Lo nuestro y lo ajeno. Como era aquello de…. “Un soneto me manda hacer Violante ….”
Bueno, basta de divagar, no se si los recuerdos constituyen un flashback, supongo que sí. Me parece que, al hacerme vieja, vivo en un permanente flashback porque me vienen recuerdos antiguos cada dos por tres.

Matilde O. Fernández Blanco

TOMAS MORENO ha dit...


Tres germans

- Soc tan curt que quasi no en tinc. Som una família gran, allargassada, d'enyors constants. Una llampada em té pres d'allò que tinc escrit als gens. Quan vam nàixer estàvem sols; abans la gran explosió no hi érem, d'aquell moment no recordem res.
Stephen H. Ens ho explicà: el nostre progenitor aquell «big bang», després, tot allò que tenim entre mans. Jo u d'ells, el més efímer, i em sap greu no tenir més durada. En obrir la veu soc paraula passada, quina malifeta! Present, a l'instant absent. Ei ací! Ja no estic quina mala passada.

Ell no té informació, sembla. Amb el seu nom s'han construït espais més grans: la present setmana, l'any present, el segle l'època...

-Ací la resta, nosaltres dos, passat i futur, som el resum, som la projecció. Jo acumule residus, jo valentes voluntats.

Qui sap com acabaran?

Francesc Alemany i Seguí
5a sessió 7-11-2023

TOMAS MORENO ha dit...

SESIÓN IV.

Estoy sentada cómodamente disfrutando de una taza humeante de café, la tele está encendida, no le presto mucha atención, hasta que oigo un sonido largo, continuo y reconocible. En ese instante vuelve a mi memoria el recuerdo, en casa del abuelo mi llegada del colegio, sentado en el comedor con los codos apoyados sosteniendo el pitillo entre sus dedos y la taza de café, giraba la cabeza sonriendo y me daba un beso, en el fondo se escuchaban los mismos sonidos de ahora: saque de puerta, corre por la banda derecha, lanza a portería y
¡GOOOOOOOOOL!
BEGOÑA NAVARRO

TOMAS MORENO ha dit...

ALTERCADO
Suena el teléfono, era Abelardo:

-Hola cariño, tengo un mal día, todavía no he preparado la reunión y la asamblea es hoy, he decidido quedarme en la oficina. Comer vosotros sin mí, nos vemos en la cena-
Julia le recordó que era martes, le tocaba recoger a los niños, terminaban la clase extraescolar de inglés a las 20 horas. ¿Podrás recogerlos? Necesito pasar por el supermercado.

- Abelardo; tranquila, los recogeré y si se alarga la reunión, enviaré a alguien de confianza para que me los acerquen a la oficina. No te preocupes-

Cuelga el teléfono, Abelardo mira la hora, hace cálculos y piensa, es imposible estar libre a las 20h, las reuniones con el jefe alabean el tiempo y por ser responsable del departamento he de permanecer hasta el final.

Mirando la foto de familia, se traslada quince años atrás, ¡que felices eramos!, la relación con Julia empezaba a tambalearse, sin motivos de peso, los enfados aumentaban día tras día, no podía decir “yo no puedo...”

Finalmente se solucionó, con la ayuda de Jimena, su secretaria, le entrego una credencial para poder recoger a los niños de clase y él se dirigió al salón de actos, satisfecho por haber solucionado el obstáculo.
Lo que Abelardo no sabia, es la que le esperaba, al llegar a casa, Julia y Jimena habían sido compañeras en el instituto, se odiaban a muerte, Jimena tenia un físico despampanante y aires de diosa, ya en su juventud, marcaba su propio estilo, Julia era su antítesis, sencilla y apocada, bastaron milésimas de segundo para rememorar rencores, cruzaron unas licitas palabras y Jimena desapareció, la cabeza de Julia no dejó de maquinar, menuda zorra, la cantidad de problemas que tuve por su culpa, celos, situaciones dolorosas, su cabeza no podía frenar, su mente alegaba razones sin sentido. Se avecinaba una gran tormenta.

Carmen Martí Durá

TOMAS MORENO ha dit...

Teixir records. Això m'ho deia la mestra de Socials. “Manel, has de viure amb els ulls ben oberts, quan et faces fadrí voldràs recordar més coses de les que pots i te'n penediràs d'haver deixat pel camí la resta de llana que no has gastat per a teixir els teus records”. Què pesadeta es ficava, i ¡xe!, ara li he de donar la raó. Serà perquè soc cinquantó i al meu cap ja no queden més que quatre pels entreverats, i els meus ulls s'han fet tan menuts que ni jo mateix me'ls trobe dintre la cara de panquemao que s’ha menjat al Manel de fa anys. Tots els estius, al poble de la mare, la tia Pepeta se m'arrimava amb mirada de bruixa i parlar farfallós. «Manel, cara guapa, amb eixos ulls que tens se te rifaran totes les xicones». Pobra dona, que en glòria estiga, si em vera s’ennuegaria amb el record i s’engoliria la predicció.
INMACULADA VALLS

TOMAS MORENO ha dit...

Conduciendo por Valencia

Sólo con morderlo delante de mí pasa la historia de la humanidad: ¡australopitecus, homo erectus, homo habilis, homo sapiens...!

¿Quién habrá sido el primero al que le llamó la atención ese color intenso imposible de clasificar? ¿Cómo habrá sido el gesto al sentir su dulzor o la mueca con el resabio de su piel? Habrá sido el que hice yo cuando mi madre me dijo: "Cuidado no muerdas donde está la cáscara" y por desafiarla, clavé los dientes de leche, recién inaugurados, en la parte más dura de la fruta.

Me repite esas preguntas un eco lejano cada vez que como caquis; cuando los veo tentándome en el mercadillo de los martes, o cuando paso con el coche delante de los árboles resistiéndome a detenerme y robar uno.

"Son instintos muy básicos", me digo a mí misma y sigo conduciendo por los caminos de Valencia.

SONIA VANNINI

TOMAS MORENO ha dit...

Carmen

Durante bastante tiempo, los lunes y los viernes compraba en el mismo
"supermercado" de mi barrio.
En una de las cajas estaba Carmen, sé su nombre por oírlo de sus compañeras, joven, despierta, y guapa "excesivamente" guapa.
Un día coincidí con ella en el autobús, hablamos un poco de todo, de
nada en especial.
Desde entonces, siempre procuré coincidir en la caja donde Carmen
estuviera.
Una de las veces cuando fui a pagar, me miró y me dijo: me cambian de
tienda, no creo que nos volvamos a ver, ¿quizás en el autobús?
Ahora siempre que cojo un autobús la recuerdo.

JOSÉ MANUEL RIUS

TOMAS MORENO ha dit...

SAMU
No hay duda de que me has reconocido. No sé cómo has salido con vida del amasijo letal de tu coche en esa carretera endiablada.
Hace veinte años que no sabía nada de ti, veinte años que murió mi hermana. La pobre se casó contigo tan enamorada. El encantamiento duró el tiempo justo hasta descubrir qué clase de persona eras.

—Llámame cuando oigas este mensaje, es urgente. Tu hermana se ha caído por la escalera … Estoy esperando al Samu… No sé si estarás de guardia, por favor, llámame.
Tu mensaje de aquel día me resuena con toda fidelidad mientras casi volamos en esta ambulancia. Médico y herido grave, muy grave, con lesiones internas importantes, seguramente. Por cierto, la mujer y el niño que viajaban contigo están muertos, ¿me oyes?, muertos.
No puedes hablar pero tus ojos lo dicen todo. Has entrado en pánico nada más reconocerme y no te faltan motivos, sabes que nunca te creí. Ahora estás en mis manos.
Amparo Berrocal

TOMAS MORENO ha dit...

A cierta altura de la vida
A cierta altura de la vida, creo que el mejor testamento o legado vital es dar cuenta de algunos hitos existenciales, que conforman en definitiva mi patrimonio espiritual.
Daré solo unas muy breves pinceladas sin especial orden ni concierto, de algunos hechos que jalonando mi presente, pasado y futuro serán objeto de un pormenorizado desarrollo cuando desarrolle mis memorias.
Parafraseando a Machado, diría que mi infancia me trae recuerdos de un patio de Sevilla donde maduraba una frondosa higuera que me protegía de las asechanzas y amenazas del mundo como sumido en una suerte de eterno limbo de inocencia e inmortalidad.
Desde mí actual presente albergo la esperanza de poder ensamblar una vejez tranquila y sin achaques del alma bajo el amparo de la buena sombra de esa higuera, cuya savia procuraré que circule siempre por mis venas para revertir la suerte en los días que las cartas vengan mal dadas.
Javier Porro.

TOMAS MORENO ha dit...

EL ROSAL
Tras unos años alejado de mi pueblo, retorné, lo que parece sería definitivamente.
No había perdido contacto con la familia, a la que en fechas señaladas, como navidad, reyes y algún que otro evento ceremonioso, me hacían regresar en lo que antes llamábamos la visita del doctor; vamos que si lo zanjábamos en un día no nos quedábamos dos.
Y ahora estaba de nuevo en mi casa con mucho tiempo para visitar, charlar con amigos y familiares, para ponernos al día. También para retomar los largos paseos con algún amigo, por aquello de que hay que hacer ejercicio y no estar todo el día apoltronado en el sofá de casa mirando la caja que en estos tiempos ya no es tan tonta, ¡es bélica!
Los informativos iban de guerra en guerra, eso si cuando se centraban en una y mandaban a un corresponsal, generalmente mujer, se relegaba la guerra anterior a tres, dos, un y ningún minuto; pues la actualidad era la última contienda y el recuento de bajas diarias, además de las totales de cada bando.
Fin de la reseña y paso a los analistas invitados para desmenuzar los diferentes ángulos de la refriega, derechas, izquierdas, muy izquierdas y mucho derechas… y cuando te das cuenta, diez propagandas y cambio de información.
Ahora el tiempo, que era otra sucesión de frentes, con los que teníamos que lidiar, uno tras otro, que si atacan por arriba, que si entraran por abajo y nos barrerán con danas lluviosas y aires ciclónicos… ni tenías una comida en paz, ni una cena relajada, solución: la comida con música y la cena estilo europeo, antes de las nueve y cuando vaya el parte de guerra, a pasear la cena.
Hoy tocaba un paseo por los alrededores locales, que tenían una buena iluminación, la pequeña localidad se iba ensanchando hacia la huerta y lo que antes eran huertas y eras para secar cosechas, se convertían en zona residencial con adosados y casas con seto de diferentes plantas ornamentales, quitadas la cercas de cipreses, adelfas y hasta granados bordes que resguardaban los campos de hortalizas cercanas.
Uno de los cercados que me deleita al pasar es una casa que ha mantenido los rosales, antes bajos y ahora emparrados en el murete, que le da a la casa una visión más alegre, al tiempo que un aroma a rosas inconfundible, en comparación con el baladre que más exuberante en verdes… no huele a nada.
No me lo pensé dos veces al ver un capullo bermellón a punto de abrirse, que separé del rosal con ayuda del cortaúñas que llevaba, con el debido cuidado de no pincharme, tras terminar el grato paseo que me reconcilió con mi estómago y olfato, regresé a casa en busca de una buena novela y descanso.
El paseo me sentó bien, a poco de estar leyendo, sentí como se me cerraban los párpados…
Me vi transportado a mi tierna juventud, correteando en pantalón corto por un camino que conocía y que daba a la huerta cercana de casa, había cogido el tirachinas de palo que me había fabricado, para asustar más que matar ningún pájaro y llevaba en los bolsillos muchos guijarros para probar la puntería a falta de pájaros, que era una de las diversiones que teníamos entonces, contra algún bote de hojalata que encontrabas bajo un algarrobo donde paraban las caballerías; luego cuando ya caía la tarde, nos retirábamos de nuevo a casa a reclamar la cena.
Fue entonces cuando repare con la luz crepuscular el capullo de rosa casi abierto con un rojo oscuro, brillante por los rayos que le alcanzaban, no dudé en cortarlo con un trozo de tallo, lo malo era que estaba bien cogido y no se partía fácil, sin tener nada a mano que me pudiera ayudar; así que tras un tira y afloja en que llevaba las de perder, terminé con las dos manos arañadas, con sangre, pero con la rosa como trofeo que llevarle a casa a mi madre…
Buscando un pañuelo para taparme los arañazos más sangrientos, me di la vuelta y paaaf…
Me había caído de la cama encima de la alfombra.
Di la luz y afortunadamente no tenía ningún rasguño en las manos, más al lado de la lámpara lucía radiante la rosa que había cortado aquella misma tarde.




Vismarc, 6-11-2023.

Anònim ha dit...

Era tan fea, tan fea que los obreros se ponían a trabajar cuando la veían acercarse a la obra. Mantenía la rutina de pasar cerca de ella 4 veces al día y entre ellos se comentaba si es porque vivía cerca de allí y acudía a su trabajo o que salía a pasear para asustar a la ciudadanía. Sus rasgos eran muy peculiares, no más de 50 kilos de peso, más o menos de 60 años y vestía de una forma muy distinta a lo que se llevaba; siempre con botas vaqueras de piel coloreadas hasta casi las rodillas, con falda hasta medio muslo y el resto a la vista era hueso con una fina capa de piel. La piel de su cara arrugada no podía ocultar la ausencia de carne en sus labios que ella intentaba disimular con grandes dosis de carmín tan rojo como los huevos de un ciclista. El color de su pelo era variante, mitad negro mitad morado, verde o amarillo según el mes que nos encontráramos. Ella era consciente del impacto que causaba entre todos ellos y perseveraba en sus periódicas apariciones.
Ya finalizada la obra el constructor tenía que entregar las llaves de las viviendas e invitó a todos los participantes en su construcción al acto de entrega para posteriormente comer todos juntos en un afamado restaurante de la localidad.
El constructor entrego las llaves a la fea que era la propietaria de todo el edificio.
Algunos se desmayaron.
MANUEL GARCÍA

TOMAS MORENO ha dit...

La contrincante



Dos amigas, una frente a la otra, estaban calladas y sin saber qué decir, no podían quitarse de la cabeza lo que había sucedido, aquello significaba el fin de la relación.



Al terminar la sesión de baile, del domingo por la tarde, Carol, despampanante y soberbia, preguntó a Luisa; ¿por qué últimamente no me hablas?, desde que hemos empezado a venir al club de baile, me ignoras, ¿qué te he hecho?



Luisa respondió: me avergüenza tu comportamiento, eres como una loba en celo, tus maneras de seducir a los hombres me parecen asquerosas, fuera de lugar, por lo tanto no quiero relacionarme con gente como tú, en toda la pista no hay una sola mujer que te imite, a lo largo de estos seis meses, has sido motivo de ruptura en varias parejas, coqueteas con todo el genero masculino, no cedes hasta que caen a tus pies, tus minifaldas y tu flemático perfume me irritan, andas en boca de todas las mujeres presentes, te he observado, he reflexionado y decidido no ser amiga de la loba.



Tras la aclaración, ambas se miraron con desprecio, el silencio fue roto por el sonido de uno de sus móviles, lentamente, fueron alejándose una de la otra, su amistad quedo resquebrajada.


CARMEN MARTÍ

TOMAS MORENO ha dit...

LAS AMIGAS
Se conocían desde el colegio y aunque habían pasado años sin relacionarse, dedicándose a criar hijos y trabajar, el wasap las volvió a unir y llevaban varios años haciendo un viaje sin maridos donde recordaban historias y reían como niñas.
Ese año cumplían todas setenta años, pero la pandemia les había impedido cumplir sus planes, la última vez que se vieron fue hacia un año en el funeral del marido de Rosa, la fundadora del grupo de wasap.
Cuando intentaban quedar siempre había algo que lo impide, los nietos, la operación del marido de una, las visitas médicas de otra, compromisos familiares… el wasap cada día era más soso, buenos días, buenas noches queridas amigas, aquí llueve, por aquí frio...Hasta que una mañana leyeron: hola soy Rosa Mari la hija de vuestra amiga Rosa y tengo que comunicaros una triste noticia, mi madre falleció anoche mientras dormía. Se lo mucho que os quería y también de vuestro cariño por lo que os indico en nota aparte lugar y hora de su entierro.
Quedaron las tres amigas una hora antes para comprar unas rosas e ir juntas al tanatorio.
El dolor era tan intenso que apenas hablaron, pero el grito que dieron al bajar del taxi se oyó en todo el edificio.
Rosa estaba en la puerta vestida con un traje rojo y cuatro billetes para un crucero en la mano.

MARÍA JESÚS SÁNCHEZ

TOMAS MORENO ha dit...

EL REY DE LA CASA Matilde O. Fernández Blanco

Era grande y negro. Era el amor de la dueña de la casa y él lo sabía. En aquella casona grande y vieja era un personaje importante y él lo sabía.
Se paseaba por la casa despacio. Se movía con elegancia. Miraba con cierta displicencia a las personas y cosas que había en la casa. Aparte de él y su dueña no le interesaba nada mas.
Sabía lo que se esperaba de él y lo cumplía a rajatabla. Todas las mañanas, esperaba a la dueña de la casa a la puerta de su habitación detrás del regalo matutino. Para cumplir el ritual.
Cuando la dueña salía de la habitación, lo miraba con adoración y gritaba bien alto para que la oyeran:
−Venid, venid todos mirad lo que me ha traído hoy.
−Qué maravilla! Eres una joya. Qué haría yo sin ti −decía, mientras le acariciaba.
−Verás que desayuno de príncipe te voy a preparar−repetía una y otra vez.
Y no callaba hasta que los niños de la casa aplaudían al gato. Después, cogía una escoba y un recogedor para retirar el ratón que el gato le presentaba y tirarlo a la basura. El gato la seguía hasta la cocina. Despacio. Presumiendo. Y allí se tumbaba esperando el tazón de leche con galletas que le daba a él antes que al resto de la familia.
Pero un día, el gato se equivocó. No se sabe si fue porque no encontró ratones o si quiso esforzarse en entregar ese día un presente de más calidad.
El caso es que cuando la dueña salió de su habitación, miró al gato y ya se preparaba para las alabanzas diarias, dio un alarido que estremeció hasta los cimientos de la casa, se quedó blanca como la leche y se desmayó.
El ruido hizo que todos los habitantes de la casona acudieran y vieran con horror una mano humana que el gato, atónito, sujetaba con su pata.
Después de los gritos y exclamaciones, se oyó nítida, clara y transparente la voz aguda del pequeño de los niños, mientras señalaba con su dedito la mano negruzca del suelo.
−Esa sortija es la de papá.
MATILDE FERNÁNDEZ

TOMAS MORENO ha dit...

PÁJAROS DE FUEGO

Como todos los años las golondrinas llegaron dibujando sus parábolas invisibles. Mi hijo sacó los lápices de colores y simuló dibujar su trayectoria. Pero esta vez, el pájaro que llegó sin avisar era demasiado grande y no esperó a la primavera.

Cuando salimos de la casa en llamas, el niño fue a ver si los nidos de barro permanecían aún en los aleros del tejado.

¿Volverán mamá? No quise preguntar a qué se refería.

SOLEDAD VILCHES

TOMAS MORENO ha dit...

EL ÍDOLO

Luis, Luisito, así era conocido, aunque ya había cumplido los cuarenta. Siempre se pensó de él que era…especial, más bien, diferente al resto. Lo fue desde niño, y todo porque tenía una idea bien clara, un objetivo, o tal vez, una obsesión que nunca abandonó. Él quería ser como su ídolo, como Elvis Presley.
Cuando hizo la primera comunión con sus compañeros de clase, no se vistió de marinerito; llevó un pantalón y una chaqueta blanca cargada de flecos y lentejuelas. Ni que decir tiene, que el cura del pueblo intentó disuadir de la singular idea al niño y a sus padres, pero sus consejos y ruegos no fueron oídos. Aquello quedó como una anécdota, como una chiquillada, pero lo que ya no se pudo tolerar, por parte de la autoridad religiosa, don Anselmo, fue lo que aconteció en las últimas fiestas patronales.
Sucedió al anochecer del día de la fiesta del santo patrón del pueblo; la procesión desfilaba por la calle Mayor, solemne y lenta, al compás del sonido ceremonioso de un par de cornetas y un tambor, de pronto, desde uno de los balcones de esa misma calle se escuchó el sonido armónico, pero superado en decibelios, de los acordes de una guitarra eléctrica, y todo ello acompañado de una voz potente, clara y entonada, cantando una balada. Los portadores de la imagen se pararon en seco, el cura, incrédulo y pálido, alzó la mirada hacia el balcón, los fieles que procesionaban también buscaron con sus miradas al responsable de tamaña barbaridad. Y allí, en el balcón de la casa de sus padres, estaba Luisito, vestido como su ídolo y cantando “It’s now or never”. Los más devotos del pueblo no dejaban de persignarse, don Anselmo pasó del color blanco, de asombro, al rojo de ira. No hubo modo alguno de hacerlo callar hasta que se personó la policía local y se lo llevaron esposado, por alteración del orden público, a la comisaría de uno de los pueblos vecinos. En el interrogatorio, Luisito alegó en su defensa que él no había alterado ningún orden público y que no era responsable de que los que procesionaban hubiesen reaccionado de aquel modo tan inexplicable; él había hecho lo mismo que se hacía en las procesiones de la Semana Santa en Sevilla, lo había visto por la tele, solo que, en lugar de una saeta, había cantado una balada de Elvis Presley. No entendía a que venía tanto alboroto.
Un coche policial acompañó, ya de madrugada, a Luisito a la casa de sus padres. La madre hecha una magdalena y el padre al borde del infarto, recuperaron un poco el temple al verlo entrar por la puerta, su única explicación fue que no había sido para tanto y que cuando les contó lo de la saeta, la policía debió de comprender que él llevaba toda la razón, y que por eso lo habían dejado libre y sin cargos.
Pasaron un par de semanas y por el pueblo no se vio ni a Luisito, ni a sus padres. Se respiraba cierta tranquilidad, a que negarlo, pero comenzaba a haber preocupación porque la casa estaba completamente cerrada y nadie sabía que podía haber sucedido. Don Anselmo y el alcalde hicieron los trámites necesarios para solicitar un registro de la vivienda familiar. El mismo día que iba a entrar la policía en la casa, en la televisión del bar del pueblo, a la concurrida hora de los almuerzos, saltó la noticia. Luisito, de blanco y con lentejuelas, con patillas y con la guitarra al hombro, era entrevistado en un programa, de esos que hablan de emprendedores o talentos nuevos. Se hizo un silencio sepulcral en el bar para escuchar lo que decían en el programa. Cuando ocurrió el incidente de la procesión, algún que otro móvil grabó lo ocurrido y lo puso en Internet, y aquello se hizo viral dando varias vueltas al planeta, en una de tantas vueltas un inversor con vistas de futuro apostó por Luisito para promocionar, junto a otros cantantes, un parque temático dedicado a las estrellas del Rock. Ya no fue necesario el registro en la casa familiar. ¡Ah! Luisito dejó de llamarse así, ahora se llama Elvislu.
Inma García Belenguer

TOMAS MORENO ha dit...


LA ESCALERA

Me llamo Encarnación y desde ayer, estoy muerta.
Yo vivía en un quinto sin ascensor; entre escalón y escalón de esta desmigada escalera, ha discurrido la vida. De pequeña, llegar a mi casa consistía en un arduo ascenso de almenas invencibles; con los años se convirtió en un viacrucis, por la voracidad de mis incapacidades.
-Joaquina, dile a la niña que traiga una barra de pan para el Marcelino, este resfriado me está matando- Aún recuerdo la voz aflautada de la Pepita, la vecina del segundo que tanto nos ayudó mientras vivía.
-Manolo, bájale el bocadillo al Tomás y dile que lo quiero aquí a las ocho, ¡como un clavo! - Esparto salía de la garganta de la tía Elvira, cada vez que esas cuerdas vocales danzaban desmelenadas. Hará más de treinta años que un cáncer de garganta se la llevó al otro barrio; pobre Elvira, ¡si todo sería lo mismo!
Fueron tiempos de la gran familia del vecindario. Esta escalera renqueante y somnolienta ha sido testigo de entierros deslucidos, bodas menesterosas, bautizos desamparados, riñas inconclusas o desafortunados encuentros, pero entre tanta miseria siempre olió a lejía con aroma a hogar.
Poco a poco las caras familiares fueron suplantadas por rostros nuevos e inexpresivos, que cerraban su puerta al calor vecinal; y aquí me quedé yo como la última moradora. Me convertí en una isla del pasado, bañada por el gran mar de la indiferencia y el aislamiento.
-Doña Rosalía, no coma tanto que se me va a atragantar, o peor, no le pase como el otro día que se puso a vomitar.
-Don Pancho, me harta usted, ¡de verdad!, no para quieto un segundo, se me va a marear.
-Vayan desfilando a su hogar, que los vecinos los van a encontrar.
Ellos eran mi familia. Cada vez que abría la puerta allí estaban con sus orejitas bien tiesas a la espera de mis extenuados pasos, sus redondos rubíes me sonreían y sus largos bigotes se encogían y extendían esperando la tostada de mantequilla de bienvenida. Nos cuidábamos, charlábamos, alguna vez hemos discutido, es cierto, pero como pasa en todas las familias. Los días eran menos tediosos gracias a ellos y yo me sentía querida. Comíamos juntos mientras conversábamos sobre el tiempo, lo cara que se había puesto la vida, la falta de solidaridad de la gente o el desastre que había hecho el gato del cuarto al caer en el contenedor.
El pasado lunes, a la vuelta del mercado, me encontré una furgoneta frente al portal. La piel se me erizó y la garganta se me bloqueó. ¡No podía ser!
Desratización la Buena Vida. No se nos resiste ni una. 89 años en activo. Telefonee al 693772182 y le solucionaremos su problema. Garantizamos resultados.
Trastabillé, resbalé, la compra rodó por la escalera al tropezarme con un joven desmelenado y mal encarado, nada me importó, sólo quería entrar a casa y encontrar esas caritas esperándome junto al paragüero y la cómoda de mamá.
No las vi, hiperventilé.
- ¡Doña Rosalía! ¡Don Pancho!, no se me escondan, salgan de su escondrijo ya. ¿No me oyen? Me están poniendo nerviosa. ¡Salgan!
La noche, el silencio, la ausencia y ese olor a carne podrida… Pasaron los días y me instalé en una espiral descendente. Me metí en la cama y me abandoné a un denso sopor. Fogonazos de mi vida, la escalera, los vecinos de mi infancia bailando y riendo, mis padres saludando con una eterna sonrisa, montados en una nube multicolor, Don Pancho y Doña Rosalía con sus ojitos cerrados y el rabo estirado, movían sus manitas pidiéndome que los rescatara, ¡mis pies pesaban tanto!, quería tranquilizarles, pero no conseguía llegar donde estaban. El patio de luces, ese era el camino que me indicaban.

Octogenaria muere en extrañas circunstancias al precipitarse al vacío desde un quinto piso.
Fuentes policiales indican que la mujer vivía en la indigencia, y en condiciones de nula salubridad pues han encontrado gran cantidad de restos de roedores, amontonados tras la puerta de la cocina; dos de ellos recientes. Ninguno de sus vecinos ha sabido aportar información sobre la fallecida. No se descarta la hipótesis del suicidio.

Inma Valls Gaudisa

TOMAS MORENO ha dit...

-¿Pero qué has hecho, por Dios!? -Matarlo. Ya no podía más, no me dejaba vivir: no podía dormir, su voz infernal resonaba en mis oídos, su apetito insaciable no tenía fin, sus constantes incursiones por todos los rincones de la casa se me hacían insufribles; su delgada y volátil silueta era un fantasma aterrador y su sola presencia me producía ataques de pánico. El juez así lo entendió, era un caso claro de acoso y por fin lo pude enterrar en un agujero del jardín.
M F SANGIL

TOMAS MORENO ha dit...


MICRORELAT

(Amb final trencador)

Pujava amb dificultat aquella paret vestida de llimacs. El dia presentava un final agònic. Havia relliscat al fons d’aquell avenc fosc i amenaçador. L'embolcall vegetal d'esbarzers,esteperes, romanís i fenolls, havia creat una visió diferent, allò que semblava una superfície salvatge però ferma, amagava l’entrada a l’abisme interior.

Vora la mitja nit descobria les primeres esperances. Arribaven les primeres sensacions de victòria en aquella estratègia d’introspecció personal suggerida per la terapeuta. Aquell jo inicial i primitiu havia multiplicat la meua pluralitat.

Francesc Alemany i Seguí
7ena sessió dt 21-11-2023

Anònim ha dit...

BODA POR PODERES
—Y ¿cómo la vas a llamar?
—Pues, mamá, la llamaré mamá.
Mis vecinitas de la escalera y las gemelas del quiosco me miraban como a un pájaro exótico, esperando que extendiera las alas y les diera más detalles. Acababa de contarles que mi padre se había casado con una señora que llegaría dentro de unos días en avión.
Hacía años que no se veían. Papá la esperaba a este lado del océano y con él, mi hermano en estado puro adolescente y yo que ese año tomaría la comunión. Ella había llegado a los cuarenta sin darse cuenta, tras dos largos noviazgos poco certeros, tía adorada por sus sobrinos y con unos padres ya mayores pero dispuestos a dejarla marchar. Guiada por una relación epistolar bien edulcorada tomó la decisión de viajar muy lejos con el afán de cambiar su vida.
Cuando llegó a su destino, la esperaba una nueva familia a la que ya se sentía de algún modo unida. Yo la recibí con un ramo de gladiolos que sostenía con dificultad y que de tan grande casi me ocultaba. Mi hermano vestía su chaqueta de la graduación y medio sonreía con el ceño a lo James Dean. Los cuatro subimos en el viejo Ford Eifel que nos llevaría a casa. Empezamos a coger un desvío y otro, varios giros y de nuevo volver atrás para retomar la salida del aeropuerto. Papá parecía muy nervioso, conducía sin acertar con la dirección correcta. Tardamos bastante en llegar a la ciudad, estuvimos perdidos, y así fue durante muchos años.

AMPARO BERROCAL

Anònim ha dit...

FATIDICO DESTINO


El rayo partió en dos el olmo de la casa señorial, cayendo sobre ella incandescente, el fuego la convirtió en cenizas sin piedad. Los bomberos hicieron todo lo que pudieron por salvarla, mientras el muchacho, contemplaba inmóvil la escena dantesca, sollozando de impotencia y desplomándose de rodillas desolado, al ver reducida a escombros toda su vida, los queridos recuerdos de sus padres y de su infancia. Como un poder divino, el rayo aniquiló la casa, el mismo día que sus padres decidieron no despertar y abandonar juntos este mundo. ¿Qué grandes secretos debió devorar el fuego?
CAPITULO II
Al chico, lo llevaron con los familiares más cercanos, debido ser atendido por un psicólogo, estaba en shock, con la mirada perdida y sin articular palabra. ¿Dónde estarán sus pensamientos?, se había quedado huérfano y sin hogar, el futuro no existía en su mente, solo soledad.
La familia lo arropaba lo mejor que podía, pero él no respondía a ningún estímulo, cada vez estaba mas abatido y su estado físico muy deteriorado. Se anidó la tristeza en su corazón y en su alma ¿Qué podría salvar al muchacho? El sicólogo no encontraba una solución rápida para su estado de ánimo, solo el tiempo podría mitigar sus heridas, pero también jugaba en contra, no comía y estaba muy débil. Con el afán de curarlo en una de las sesiones el psicólogo le propuso un pacto —¿te gustaría tener un perro?, tus tíos te lo permiten, pero antes deberás de empezar a comer una semana con continuidad y si has recuperado peso, tú mismo irás al refugio de animales y elegirás uno. En ese mismo instante su semblante cambio, al transcurrir la semana, se había recuperado y el perro le devolvió a la vida, una vida que tenía que continuar sin sus padres y sin hogar.

CAPITULO III

Ya recuperado fueron a visitar al Notario donde sus padres habían hecho el testamento, le dijo: En primer lugar, tengo que entregarte una carta que me dieron tus padres hace unas semanas, con manos temblorosas se dispuso a abrir el sobre, estaba cuidadosamente cerrado en el cual estaba escrito con esmero. (Para nuestro amado hijo), se levantó y se alejó para leerlo en la intimidad.
Querido hijo: Te escribimos esta carta con el propósito de despedirnos de ti, la decisión que hemos tomado posiblemente no la comprenderás nunca, pero era lo mejor que podíamos hacer para evitarte un gran sufrimiento. Nos contagiamos de una enfermedad autoinmune que nos dejaría paralizados en una cama para siempre, no tiene cura y el deterioro físico sería tan grande que lo que desearías es que dejáramos de sufrir, así que hemos decidido irnos juntos de este mundo, por el amor que de procesamos.
Tus padres que te quieren y te querrán siempre, nunca saldremos de tu corazón

CAPITULO IV

No había grandes secretos, lo que había era mucho amor por su hijo, hasta el punto de dejarlo solo. Esto hace pensar que ¿Cuántas caras tiene el AMOR?.

AMPARO FORÉS

TOMAS MORENO ha dit...

DIVERSIÓN
Por las mañanas con los primeros rayos de sol, veo desde mi ventana, como las palomas están sobre el tejado de la casa de enfrente, acurrucadas, de varios colores, grisáceas, pardas y blancas. Los machos danzan su cortejo alrededor de las hembras, ellas están ensimismadas eligiendo el más apuesto.
De repente, silenciosamente, con alas desplegadas y a gran velocidad, se deja caer una enorme gaviota con su pico amarillo que atrapa con gran fuerza al macho distraído.
BEGOÑA NAVARRO

TOMAS MORENO ha dit...

LA ESCALERA (Versión II)

Me llamo Encarnación y, desde ayer, estoy muerta.
Yo vivía en un quinto sin ascensor; entre escalón y escalón de esta desmigada escalera, ha discurrido la vida. De pequeña, llegar a mi casa consistía en un arduo ascenso de almenas invencibles; con los años se convirtió en un viacrucis.
-Joaquina, dile a la niña que traiga una barra de pan para el Marcelino, este resfriado me está matando- Aún recuerdo la voz aflautada de la Pepita, la vecina del segundo.
-Manolo, bájale el bocadillo al Tomás y dile que lo quiero aquí a las ocho, ¡como un clavo! - Esparto salía de la garganta de la tía Elvira, cada vez que esas cuerdas vocales danzaban desmelenadas. Hará más de treinta años que un cáncer de garganta se la llevó al otro barrio; pobre Elvira, ¡si todo sería lo mismo!
Esta escalera renqueante y somnolienta ha sido testigo de entierros deslucidos, bodas menesterosas, bautizos desamparados, riñas inconclusas o desafortunados encuentros, pero entre tanta miseria siempre olió a lejía con aroma a hogar.
Poco a poco las caras familiares fueron suplantadas por rostros nuevos e inexpresivos, que cerraban su puerta al calor vecinal; y aquí me quedé yo como la última moradora. Me convertí en una isla del pasado, bañada por el gran mar de la indiferencia y el aislamiento.
-Doña Rosalía, no coma tanto que se me va a atragantar, o peor, no le pase como el otro día que se puso a vomitar.
-Don Pancho, me harta usted, ¡de verdad!, no para quieto un segundo, se me va a marear.
-Vayan desfilando a su hogar, que los vecinos los van a encontrar.
Cada vez que abría la puerta allí estaban con sus orejitas bien tiesas a la espera de mis extenuados pasos, sus redondos rubíes me sonreían y sus largos bigotes se encogían y extendían esperando la tostada de mantequilla de bienvenida. Nos cuidábamos, charlábamos, alguna vez hemos discutido, es cierto, pero como pasa en todas las familias. Los días eran menos tediosos y yo me sentía querida. Comíamos juntos mientras conversábamos sobre el tiempo, lo cara que se había puesto la vida, la falta de solidaridad de la gente o el desastre que había hecho el gato del cuarto al caer en el contenedor.
El pasado lunes, a la vuelta del mercado, justo a la entrada del portal, me crucé con dos operarios de mono blanco y fumigadora a la espalda. La piel se me erizó y la garganta se me bloqueó. ¡No podía ser!
Trastabillé, resbalé, la compra rodó por la escalera al tropezarme con un joven desmelenado y mal encarado, nada me importó. Sus caritas no estaban esperándome junto al paragüero y la cómoda de mamá.
- ¡Doña Rosalía! ¡Don Pancho!, no se me escondan, salgan de su escondrijo ya. ¿No me oyen? Me están poniendo nerviosa. ¡Salgan!
La noche, el silencio, la ausencia y ese olor a carne podrida… Pasaron los días y me instalé en una espiral descendente. Me metí en la cama y me abandoné a un denso sopor. Fogonazos de mi vida, la escalera, los vecinos de mi infancia bailando y riendo, mis padres saludando con una eterna sonrisa, montados en una nube multicolor, Don Pancho y Doña Rosalía con sus ojitos cerrados y el rabo estirado, movían sus manitas pidiéndome que los rescatara, ¡mis pies pesaban tanto!, quería tranquilizarles, pero no conseguía llegar donde estaban. El patio de luces, ese era el camino que me indicaban.

Octogenaria muere en extrañas circunstancias al precipitarse al vacío desde un quinto piso.
Fuentes policiales indican que la mujer vivía en la indigencia, y en condiciones de nula salubridad pues han encontrado gran cantidad de restos de roedores, amontonados tras la puerta de la cocina; dos de ellos recientes. Ninguno de sus vecinos ha sabido aportar información sobre la fallecida. No se descarta la hipótesis del suicidio.

Inma Valls Gaudisa

TOMAS MORENO ha dit...

(...)- Sr Martín, le he llamado en primer lugar porque como gestor suyo mi misión es dar solución a todas las necesidades que le puedan surgir en materia de préstamos, aseguramiento o ahorros. Precisamente en temas de ahorro, según veo, usted cuenta con un saldo en cuenta corriente que no le está produciendo ningún interés. ¿No se había usted planteado hacer alguna inversión que le pudiera aportar algún beneficio?

- Precisamente el otro día estuve escuchando a un familiar que decía que había invertido en no sé qué y que estaba ganando dinero. Pero mire, mi esposa y yo ya somos mayores y de estas cuestiones no sabemos mucho. También hemos oído de gente que ha acabado perdiendo dinero con estas cosas.

- Precisamente para eso estoy yo. Para asesorarle - Recalcó esta última palabra con un rítmico pizzicato que confería confianza a su mensaje.

- Pues dígame a ver.

- Mire, precisamente de entre nuestra amplia cartera de productos disponemos del producto de inversión que yo estimo que es el más apropiado para usted. Invierte en mercados de Japón y de los gigantes asiáticos y con él se puede llegar a ganar una cifra de intereses apreciable.

- ¿De cuánto estaríamos hablando?

- Pues los mercados asiáticos son muy dinámicos. Fácilmente se puede llegar a sacar un treinta por cien - Omitió que también se podía perder una cantidad análoga.

- ¿Y eso qué es? ¿Como un plazo fijo?

- Pues no exactamente, pero más o menos. Como usted debe saber bien los productos de inversión están sometidos a vaivenes y tienen un pequeño margen de riesgo, pero éste es un buen producto y con poco riesgo. La exposición a derivados no sobrepasa el cuarenta por cien. En cualquier caso yo estaré aquí para velar en cómo va la cotización día a día. Usted no tiene nada de qué preocuparse - El gestor se estaba viniendo arriba en vista de que la entrevista estaba yendo a la perfección. Sin duda había dado con un pánfilo que no le iba a causar oposición alguna.

El Sr. Martín se mostró confuso. Oía términos que le sonaban a chino. Estaba pisando un terreno nuevo para él. El gestor parecía que sabía bien lo que hacía. Le aclaró que con un seguimiento adecuado, la inversión no tenía prácticamente nada de riesgo y que podría sacar el dinero cuando quisiera. Ciertamente, si todo esto era así no parecía que hubiera razón alguna para tener miedo. Llegaron a la conclusión de que invertiría treinta mil euros. Todavía le quedaba un colchoncito en la cuenta.

- Bueno, pues vamos allá. Voy a prepararle la documentación. Son muchos papeles, pero me llevará poco tiempo. (...)



TOMAS MORENO ha dit...

(...)El gestor estuvo escribiendo los detalles en su ordenador y comenzó a imprimir una serie cuantiosa de papeles que le presentó al Sr. Martín. Éste, para dar muestras de ser una persona con capacidad de decisión, pidió que le explicara de manera sucinta el significado de cada uno. El contrato, el informe de composición del fondo y otros papeles que le eran difíciles de entender. De entre ellos le llamó la atención uno que decía “Test de conveniencia”.

- ¿Qué es esto? ¿Test de conveniencia?

- ¡Oh si! Eso lo hacen ahora desde lo de las preferentes. Para dar confianza al cliente. Usted puede de forma opcional contestar a las preguntas de un test de conocimientos bancarios o no hacerlo. Si rellena usted el test al final se le imprime un papel indicándole si este producto es o no conveniente para usted. Se trata de un mero formalismo sin importancia.

- Pero yo no sé casi nada de asuntos bancarios. Nunca me he dedicado a esto.

- Ya lo he tenido en cuenta yo. No tiene nada de qué preocuparse. Mire, le he ahorrado el tiempo. Yo mismo he rellenado las casillas y este es el dictamen del test que efectivamente le sale que no es conveniente para usted. Pero no pasa nada. Basta con que firme al pie del test para indicar que a pesar del resultado usted nos deposita su confianza para llevar a cabo la inversión.

- No sé qué pensar de todo esto. ¿No sería conveniente que lo hablara antes con mi esposa?

- No es necesario. En realidad el titular único de la cuenta es usted. Ella tan sólo está como autorizada.

El Sr. Martín dudó unos instantes. Parecía que todo estaba acorde. Éste era sin duda un buen gestor. Además, pensó que si no tomaba una decisión con resuelta determinación habría aparentado comportarse de manera muy timorata e ingenua ante el gestor.

- ¡Venga! Pues vamos allá, pero me has de tener informado en cada momento de cómo marcha esto, ¿eh?

- ¡Por supuesto! - exclamó el gestor.

El Sr. Martín salió de la oficina con un puñado de papeles acreditando ser el titular de la inversión. Olvidó actualizar su libreta. Ya regresaría a la sucursal a actualizarla en el cajero al día siguiente.

Durante unas semanas el Sr. Martín acudía de forma regular a la sucursal para ver cómo iba todo. El gestor siempre le decía que todo iba sobre ruedas. Que había tomado una buena decisión. Pasaron unos meses y cada vez acudía menos a la sucursal. La vida continuaba igual. Todo iba bien.

Una noche, estaba con su esposa cenando en casa. El presentador del telediario comentaba algo acerca de los efectos que estaban sucediendo a raíz de la crisis tecnológica que sacudía los mercados asiáticos. También hizo mención a la crisis política entre China y Taiwán y las consecuencias que ello estaba teniendo en la zona. Al oír estas noticias se preocupó de forma notable ya que su inversión estaba toda metida en esos países que estaba nombrando. ¿Le estaría afectando a él de alguna manera? Había de pasarse por la sucursal. Hacía ya casi seis meses que no se pasaba por allí. Había perdido el contacto y había que acudir a ver si esta noticia estaba teniendo alguna consecuencia en su inversión.

Llegó a la sucursal y preguntó por su gestor al que no vio en la oficina. La chica que ocupaba el mismo despacho que éste le aclaró que lo habían trasladado recientemente de sucursal, pero no sabía dónde estaba ahora. Ella se presentó como su nueva gestora. (...)

TOMAS MORENO ha dit...

(...)- Muy bien señorita. Pues yo tengo invertido un dinero en un fondo de inversión que me ofreció su compañero. He estado escuchando en las noticias que algo está pasando en Japón y quisiera saber eso cómo me afecta a mi.

- Pues vamos a ver, siéntese. En principio no hay problema alguno que sepamos. Sí es cierto que ha dado un repunte por la situación actual allí, pero seguro que en breve volverá a ir como una moto.

- ¿Un repunte? Por favor, acláreme cuál es el valor actual de mi inversión.

- A ver. Déjeme ver. Pues sí. Aquí lo tengo. Umm - la gestora trataba de ganar tiempo.

- Bueno, ya le digo que es una situación coyuntural. No debe tomarlo como algo definitivo - Prosiguió.

- Por favor, ¿puede usted contestar a mi pregunta sin dar más rodeos?

- Bueno, ya sé que usted invirtió treinta mil euros. Una pequeña parte se la quedó el banco en concepto de comisión. Y con el efecto del repunte económico, según veo ahora tiene de manera momentánea unos doce mil quinientos euros. Pero esto es sólo pasajero. No tiene nada de qué preocuparse.

El Sr. Martín no podía creérselo. Sintió que le habían tomado el pelo. Menos mal que su esposa no sabía nada de esto. ¿Qué iba a hacer ahora?

Se levantó sin mediar palabra y se dirigió al despacho del director para pedir explicaciones. Éste le pidió que tomara asiento y se tranquilizara.

- ¿Tranquilizarme? ¡Ustedes me han tomado el pelo! ¡Se han aprovechado de un simplón como yo que no entiende nada de estas cuestiones! ¡Ustedes son unos sinvergüenzas!

- ¡Hombre Sr. Martínez! ¡No es así! Usted quedó en conocimiento de lo que estaba contratando. Además, nos firmó indicando que quiso hacer la contratación a sabiendas de que el banco se lo desaconsejó.

El Sr. Martí cogió un pequeño trofeo de pádel que tenía el director en su mesa y se lo arrojó a la cabeza, pero con tan mala puntería que no logró que le impactara.

Se levantó de su silla, salió del despacho y se dirigió hacia la puerta de salida del banco. En la oficina todo era normal. La misma cantidad de gente haciendo cola hablando en voz alta. Nadie había advertido sus reclamaciones proferidas a grito pelado en el despacho del director. En la puerta de salida, una joven, empleada del banco, le detuvo, le entregó un folleto con una promoción de teléfonos móviles y le preguntó:

- ¿Quiere que le dé información de nuestra promoción de smartphones Samsung de última generación?
MIGUEL ÁNGEL ALBERO

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CÓMPLICES CONTRA TODO PRONÓSTICO

Hace más de 40 años, cuando realizar viajes largos estaba reservado a los ricos y a unos pocos atrevidos, una joven pareja se despedía entre lagrimas en el control de seguridad de la terminal 2 de Madrid. Javier y Nela eran dos jóvenes de poco más de 22 años que se habían conocido cinco años antes en el instituto. Lo suyo fue amor a primera vista, y aunque eran dos personas muy diferentes con dos realidades muy distintas, se encontraron, y se enamoraron. Ahora era él el que emprendía un viaje a Estados Unidos, pero sólo con billete de ida.

El pertenecía a una familia numerosa con una buena situación económica, Ella venía de un pueblo, y era hija única de padres muy mayores. Para Javier estudiar una carrera universitaria era la secuencia lógica en su trayectoria de vida; para Nela seguir estudiando, había supuesto un gran esfuerzo, tanto por motivos emocionales como económicos. Cuando Javier terminó la carrera de Biología y había hecho su “tesina” constató que, en España, en esos años, no tenía ningún futuro. El quería ser “investigador”, lo tenía claro desde niño y Nela sabía desde que lo conoció que Javier quería irse al extranjero; pero siempre creyó que nunca llegaría el momento... Nela admiraba la seguridad y determinación de Javier, casi tanto como las temía. Cuando él no consiguió que nadie apoyara sus proyectos, lo animó a pesar de que sabia que su marcha supondría perderlo. A veces, se engañaba a si misma y fantaseaba con la vida que podrían tener juntos, en un país lejano, solos y con toda la vida por delante... Pero pronto la realidad se imponía, pensaba en sus padres dependientes, y sabía que eso era casi imposible. Sin embargo, nunca fue clara con Javier. No se hubiera perdonado, que él dejara de perseguir sus sueños. Egoístamente no hubiera podido soportar que en algún momento él pudiera reprocharle que le impidió seguir su camino… y por eso, semanas antes de marcharse soñaban juntos y hacían planes de cómo sería su vida en un par de años. El pensaba irse en “avanzadilla” establecerse y buscar salidas para ella. Cuando ella llegara, la vida les sonreiría. Sin embargo, ella sabía que eso no iba a pasar... Y por fin, una tarde de agosto que, a pesar del calor, heló el corazón de Nela, Javier se marchó.

Los primeros días de separación fueron muy duros para los dos. Para él porque la realidad siempre supera a la ficción. Llegó a un país desconocido con un idioma al que tuvo que adaptarse, a pesar de su preparación. Nuevos compañeros de vida... con culturas diferentes y sobre todo SOLO. Para ella fueron días muy tristes que la hubieran desgarrado de no haber sido porque ella estaba con los suyos. Pero aún rodeada de amigos estaba sola, su único consuelo eran las cartas que escribía a Javier en las que trataba de convencerse de que todo iría bien. Pero con el tiempo, tenía miedo de olvidar su voz, su olor… aunque esa era la esperanza de las personas que la querían. Todos pensaban que sólo el olvido podía salvarla de años de sufrimiento. No hace falta que os recuerde que en en esos años no existía internet , ni whatsapp, ni videoconferencias; y las llamadas telefónicas transoceánicas solo estaban al alcance de unos pocos, eran otros tiempos…Sólo al cabo de unos días recibió una llamada de dos minutos que le permitió oír su voz y saber que el viaje había ido bien. Al cabo de un mes llegaron algunas cartas que guardó como un tesoro. Las noticias la llenaban de felicidad y al minuto siguiente de amargura porque cuando las había leído era consciente que eso ya era pasado. (...)

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(...)Como la vida siempre sigue, la vida siguió y los dos se fueron adaptando a sus nuevas situaciones. Ambos se sentían incompletos pero ninguno de los dos sabía como resolverlo. Pasaron dos largos años hasta que se volvieron a ver, porque Javier volvió a ver a su familia. Cuando se encontraron fue mágico, fue como si se hubieran despedido el día de antes. Pero en pocos días Javier tenía que regresar y ya los dos empezaban a darse cuenta que la marcha de Nela era una quimera. Consiguieron verse una vez al año, y en cada ocasión ella lucho contra sus fantasmas de seguir o abandonar, porque no veía salida. Cuando ya habían pasado cuatro, las cartas se espaciaron y los huecos se completaron con otras amistades y otras experiencias y aunque el amor seguía vivo, lo difícil era continuar. Nadie entendía esta obstinación y familiares y amigos apostaban por que cada uno siguiera su camino. Todo iba a terminar, empezaban a aparecer los reproches y la desesperanza dibujaba un paisaje muy oscuro. La desesperación los puso al límite y cuando todo estaba casi perdido Javier decidió que a pesar de todo lo que había conseguido y todo lo que le ofrecía el futuro, nada valía la pena sin Nela y decidió poner su vuelta en el horizonte. Aunque no sería inmediata esta nueva situación les permitió volver a “tejer sueños”. Tomar decisiones intermedias que les hizo recuperar la esperanza y sobre todo volver a ser CÓMPLICES de esos que tienen miedo a perderse PORQUE HAN APRENDIDO QUE EN ELLO LES VA LA VIDA.

Sus decisiones impidieron cumplir totalmente sus planes de juventud; pero nunca se arrepintieron. Y seis años después, pudieron compartir personas, experiencias y lugares que años atrás fueron exclusivos de cada uno de ellos. Ahora, mas de cuarenta años después siguen siendo CÓMPLICES CONTRA TODO PRONÓSTICO.


M.ª José Ferrer

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El ARA CHRISTI
Un buen día finales de agosto de 1922, está un labrador rompiendo un ribazo para agrandar su campo y plantar mas tarde un surco de habas para su casa, cuando el arado que tiraba la caballería se engancha con una piedra y se queda atascado, tras dos o tres envites más con el arado, desiste por el momento, da descanso al caballo y se va al carro que tenía en el entrador bajo un algarrobo, coge un pico y una pala que traía para la faena y sigue vaciando la tierra que está pegada al pedrusco que le impedía seguir con el ensanche de su parcela.
Tras más de dos horas despegando el bloque pétreo de la loma de tierra que lo envolvía, se da cuenta que además de la forma, en una de sus caras tenía una inscripción con unas letras claras que no entendía.
Nuestro labriego, no sin gran esfuerzo e imaginación, ata una cuerda alrededor de la piedra y fijando un tablón de madera que llevaba, tira con la caballería subiéndola arriba del carro, para traerla al pueblo, a ver que quería decir aquella inscripción.
Llegado a la puerta del ayuntamiento y tras breve explicación del hallazgo, enterado el alcalde D. Gil, se procede a bajar la piedra entre cuatro con el debido cuidado y queda depositada en el ayuntamiento, a la espera de que el director de la escuela D. Luis venga y nos diga que hay escrito en dicha piedra, de lo que se hará partícipe al descubridor.
Avisado D. Luis y tras lavar la piedra para ver mejor el escrito que tiene comunica al alcalde D-Gil que es una inscripción posiblemente romana, porque está en latín, tal vez sea dedicada a un emperador o cónsul de alguna legión, ya que empieza con la palabra “INVICTO”.
Luis -En mis paseos por los alrededores he visto muchos sillares de piedra labrada que los labriegos emplean para asegurar las esquinas o los parteaguas de sus campos y estando cerca de la fuente morisca, no me extrañaría que anteriormente formara parte de una villa que algún legionario o cargo de las legiones se hubiera hecho construir.
Gil- Que cree que debemos hacer.
Luis- Yo daría parte a la diputación, que tiene gente preparada y nos puede decir de que se trata y si tiene valor arqueológico.
Gil- Pues eso haré y que se lleven la piedra para estudiarla, pues aquí si la dejo en la torre, con el trasiego de los colombaires subiendo y bajando no me fío de que la ensucien o la rompan. Además de que habríamos de subirla-
Más tarde en su despacho, el alcalde, descuelga el teléfono y le dice a la operadora:
Gil- Paquita, mira que me han traído una piedra del alterón que hay en el barrio gorrión, y es preciso que me pongas con el presidente de la diputación, cuando te hagas con el me pasas la llamada, entendido?
Paquita la telefonista persona seca, solterona y cotilla como nadie, se aplica, tras decirle todo lo que quiere el alcalde a su hermana, que le ayuda en las tareas de la centralita proveyéndola de todos los dimes y diretes locales; para conectar telefónicamente con la diputación. No está el presidente y el secretario con cierta desgana accede a hablar con el alcalde.
Paquita – Señor alcalde, que no se encuentra el presidente en su despacho y solo he podido hablar con su secretario, le paso.
Gil – Óigame como le habrán anunciado, se ha encontrado una piedra con una inscripción en latín y el director de la escuela dice que puede ser de los romanos y una pieza importante. ¿Podría mandar a recogerla para su estudio en la diputación?
Secretario – Lamento no poder atender su petición, porque en estas fechas estamos en cuadro, vamos que no queda chofer ni camioneta para ningún servicio extra, yo estoy de guardia y el resto bañándose en la malvarrosa. Mire lo más rápido es que lo manden por sus medios, camioneta, carro u ordinario y lo estudiamos cuando llegue, si no, hay que esperar que pase el verano y se demorará un par de meses.
Gil – Hombre si no hay otro remedio… ya se lo hago llegar y me da un resguardo por lo que pueda pasar.
Secretario – Muy bien, solucionado, ya le firmo el recibí cuando llegue. (...)

TOMAS MORENO ha dit...

(CONTINUACIÓN)
Tras rascarse la cabeza, el alcalde llama al alguacil.
Gil – Indalecio, haga el favor de llamar a un carretero, a Domingo mismo, que es más serio, que tengo un servicio que hacer a Valéncia.
dice para sus adentros.
Gil – Domingo, le hecho llamar porque necesito que me lleve mañana con el carro y con mucho cuidado una piedra antigua a la diputación de Valencia, pagándole el jornal de carretero, y recoge el recibí que le darán allí cuando les deje el pedrusco.
Domingo – Tiene que ser mañana, es que mi mujer esta a punto de parir.
Gil – Tengo prisa por quitarme esa piedra, que está aquí en la entrada y molesta por las explicaciones que hay que dar, además ya se sabe que las mujeres no tienen hora para esos menesteres, igual nace esta noche que tarda una semana.
Domingo – Bien pues mañana al clarear vendré a por la piedra Sr. alcalde.

Al alba del día siguiente Domingo, ayudado por dos alguaciles, cargaron la piedra envuelta con un par de sacos de yute, con fuertes ligaduras de cuerda y partió para la capital.
Los veintiocho kilómetros por carretera, mitad de tierra mitad de adoquín, tardó más de seis horas en hacerlos, más la descarga, con mucho cuidado, y recogida del recibí firmado por el secretario, se alargó hasta más de las tres de la tarde, por lo que aprovechó el viaje de vuelta, con el rocín más suelto, para zamparse el pan con chorizo y patatas que llevaba y agua del botijo alojado en el carro, pues el estómago no le dejaba beber vino ni alcoholes.
Pasadas las nueve de la tarde, cuando ya oscurecido, bajo del carro para entrarlo en su casa, salió alborozada una vecina y le dio la buena nueva. Su segundo hijo había nacido esa misma tarde.
No le puso por nombre Invicto, sino Vicente (vencedor para los romanos) porque al ser el segundo, lo llevaría en honor a su madre, Vicenta.

VICENTE MARCO

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TOMAS MORENO ha dit...

(...)A partir de entonces se sentía observada, andaba por la calle con más desconfiada e inseguridad, veía sospechosos en todas partes ¡todo su miedo pasado volvía de repente!. No descansaba bien y sus pocas horas de sueño estaban llenas de pesadillas: era su hija la que estaba en peligro, unos hombres se la llevaban y ella corría tras ellos. Se despertaba sudorosa y con el corazón a punto de reventar. Era una mujer extranjera la que daba la orden, pero nunca veía su cara.

Aquella tarde la Sra. Mercedes no pudo acudir a su tratamiento corporal y le pidió que fuera a su casa a realizarlo “Es muy importante para mí ¿Me harías el favor, cielo?”. Taroné le tenía cierto afecto, así que acudió a la dirección que le había dado por teléfono. Cogió un taxi, que también incluiría en el precio del servicio, y cuando entró en el patio de la finca, algó estalló en su mente; una escena de sus sueños. Subió las blancas escaleras de mármol para acceder al antiguo ascensor. Marcó el botón del ático y el ruido de la maquinaria en funcionamiento aceleró más su corazón. ¿Qué ocurría? ¿Qué era aquel lugar? ¿Cuándo estuvo ella allí? De repente se vio de niña, cogida de la mano de su padre, subiendo en aquel mismo ascensor ¿A casa de quién?

Cuando la mujer de servicio abrió la puerta del domicilio de Doña Mercedes, Tarone lo recordó todo: allí vivía un matrimonio al que acudió su padre aquella fría tarde de invierno, hacía más de cuarenta años, a pedir ayuda. Acababan de llegar de su país y les dieron ese contacto. Mientras su padre hablaba con un señor, una bella mujer joven se la llevó a la cocina para invitarle a un chocolate caliente. Salió al poco su padre a recogerla, con rostro serio se despidió de la señora y nos fuimos. Aquella noche la niña escuchó la conversación de sus padres: esas personas formaban parte de una organización y querían que él les pasara información de la comunidad de exiliados; a cambio le garantizaban su seguridad y la de su familia “No sé qué hacer” le dijo entre lágrimas a su mujer.

Tarone nunca supo cuál fue la postura que adoptó su padre, pero sí que sabía quién era la señora que se ponía ahora en sus manos. ¿La habría reconocido ella también y por eso acudía desde hacía años al Gabinete de Belleza donde trabajaba? ¿O se trataría de un juego del fatídico destino el que había vuelto a cruzar sus vidas?

Cuando la señora de la casa estuvo desnuda boca abajo, esperando su ansiado masaje, dijo algo que le sacó de dudas: “Qué estúpido fue tu padre al no aceptar la oferta que le hizo mi esposo”.Y continuó: “Fueron sus equivocadas ideas las que le llevaron a la tumba. Cuando hace unos meses me contaste tu vida, supe quién eras; aquella niña que acompañó a su padre a esta misma casa hace muchos años ¿Recuerdas?”

Tarone estaba masajeando en ese momento las cervicales de su clienta y toda la rabia y el miedo contenido durante toda su vida dotaron a sus manos de una fuerza sobrehumana. Salió de la habitación e informó al servicio que la señora había pedido que no la molestaran en toda la noche, que se había quedado muy relajada.

Al cerrar la puerta de la vivienda tras de sí, se sentó en los escalones del primer descansillo, pues notó que las piernas le flaqueaban. Miró sus suaves y finos dedos entrelazados y cerró los ojos. Sin huellas. Los múltiples tratamientos con ácidos que a diario realizaba, le habían dejado la yema de los dedos sin huella. ¿Cómo localizar a un asesino sin huellas?

TOMAS MORENO ha dit...

De la diferencia entre tener buena estrella o caer estrellado
Queridos amigos/as:
Os escribo desde el hospital, en este primer día en que como bien sabéis tras mi caída de la cama, quede tan maltrecho que apenas si he podido empuñar un lápiz.
Ante vuestra sorpresa para daros una mas coherente explicación de como una simple caída de una cama me haya podido dejar tan magullado el cuerpo, la verdad es que ni yo mismo soy capaz de entender como un incidente tan fortuito me ha podido producir este desarreglo corporal tan desproporcionado.
Solamente puedo poneros en antecedente de lo acontecido unos momentos previos de quedar dormido. Como es un hábito que sigo casi de modo sagrado, es para mi de vital importancia para mejor conciliar el sueño, el que esté me acabe venciendo y que me encuentre siempre trabajando, es decir, leyendo descansadamente en la cama.
El hecho es que estaba leyendo un cuento de Ítalo Calvino cuyo personaje en su rebeldía decidió irse a vivir a la copa de un árbol. Sabe Dios, si la lectura del mismo removió mis ansias de querer romper la camisa de fuerza de mi libertad maniatada, el hecho es que en mi duermevela debí identificarme antes de sumirme en el sueño con el “Barón Rampante”.
Y ya como si hubiera caído bajo los efectos de una calculada anestesia tan solo recuerdo que desperté al sentir el golpetazo de mi cuerpo cayendo a plomo al caer de la cama.
Ahora al escribiros, quizás pueda explicarme mejor sobre los efectos de mi dura caída. En realidad, el golpetazo sufrido no fue tanto el sufrido en mi naturaleza corporal; acaso cabe atribuirlo a la caída del sueño de una vida con anhelos de libertad, y cuyo despertar brusco me devolvió a una vida mediocre que os cuento, teniendo por sola compañía mi convaleciente alma.
Javier Porro.

TOMAS MORENO ha dit...
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TOMAS MORENO ha dit...

Esta puerta
cuando era árbol
tenía frio

Tu barba blanca
anuncia el ocaso
de larga vida

MANUEL GARCÍA

Anònim ha dit...

“En la dehesa,
berrea larga, ronca,
suena amor.”
KIGO (OTOÑO, suena amor)

“Espigas altaneras,
saltamontes anclados,
momento perfecto.”
KIGO (VERANO, momento perfecto)

BEGOÑA NAVARRO

Anònim ha dit...

Pilar Mengod Clemente


Arco iris
Te veo, no te veo
Contiene el blanco


Toma castaña
Al calor de la lumbre
La niebla, afuera

Anònim ha dit...


Carmen Martí, 22-11-2023




Rachas de viento
al son de amarillas hojas
tejen el suelo.


Escribiendo
afloran los sentimientos
silenciados.

Anònim ha dit...

La ardilla mira
Caen las hojas del árbol
Ya es otoño




Anna Cerveró Estrela

Anònim ha dit...

Són les nueses
del brancam, esperances
vida dormida.

El sol rellisca
cauen les aus dormides
la nit és llarga.

FRANCESC ALEMANY

TOMAS MORENO ha dit...

Subir al cielo
el calor esperaba.
Flores revientan.

Azules y olas
juegan, bailan y cantan.
Compás del tiempo.

SOLEDAD VILCHES

TOMAS MORENO ha dit...

Azul intenso
Enfurece su alma
Surge el frio


Arboles tristes
Se enfrían sus brazos
Estío muere

Inma Valls

TOMAS MORENO ha dit...


¡Caminante hay camino!
Llora la nube
Lágrimas en el mar.



Gracia alada
Palabra breve vuela
Dos veces poética.


FRANCISCO JAVIER PORRO

TOMAS MORENO ha dit...

Una hormiga
Camina con su hoja
¿Dónde irá?

Pétalo de flor
Frágil y translúcido
A merced del viento

SONIA VANNINI

TOMAS MORENO ha dit...

las hojas marchitas
me señalan el camino
no veo la salida

comprendo tu ira
me duele no apagarla
el tiempo te llama

JOSÉ MANUEL RIUS

TOMAS MORENO ha dit...

HAIKU
Sueños alegres
estrellas en la ventana
mi niña duerme.


Gotas plateadas
unas tras otras caen
el estanque las abraza.
Inma García Belenguer

TOMAS MORENO ha dit...

Contumaz veroño
Impusiste tu dominio
con las chanclas en pie


Granado carmesí
cual abeto intermitente
iluminas el campo
F. SANGIL

TOMAS MORENO ha dit...

La luna blanca
Iluminando el cielo
¡mágica noche!


Ojos cerrados…
La brisa que refresca.
Es primavera
ÁNGELA RUIZ

TOMAS MORENO ha dit...

Buscando tu luz
Trepan hacia el cielo
Alegres hojas

Llegan nostalgias
Navidad... y de sus manos
La flor de Pascua

TOMAS MORENO ha dit...

Sendero solitario
Las sombras se alargan con la tarde
Las cigarras ya callan.

El cierzo se enfría
Las hojas caen con sosiego
Los chopos se desnudan.


Miguel Ángel Albero.

TOMAS MORENO ha dit...

La brisa fresca
alegra el anochecer
agosto se va.


La noche brilla
las estrellas resbalan
es San Lorenzo.
M J FERRER

TOMAS MORENO ha dit...

AFORISMOS


Me interesa el futuro, ya que mi vida seguirá allí.
La duda inquieta va desarrollando la inteligencia.
El que viaja se convierte en conocedor del mundo.
El hacer poco ruido es un peligro.

Anna Cerveró Estrela

TOMAS MORENO ha dit...

AFORISMOS
04/12/2023


1.- PARA PODER PROGRESAR, MAS CONCIENCIA Y MENOS CIENCIA EN LAS AULAS.

2.- LAS RAÍCES QUE SEMBREMOS HOY, SERÁN EL SUSTENTO DEL MAÑANA.


Carmen Martí

TOMAS MORENO ha dit...

Si se apaga una luz enciendes otra ( no desfallecer ante los problemas)
Si llueve saca el paraguas (enfrentarse ante las adversidades)
Si la comida está picante bebe agua (si algo te molesta busca soluciones)
AMPARO FORÉS


Si la siesta quieres hacer en la cama tendrás que meterte.
Cuando el sol arde los cuerpos se queman
Cuando el sol está fuerte una sombra de la parra tendrás que buscar

TOMAS MORENO ha dit...

Esta tarde en el ruedo, el albero se pregunta. ¿Quien me manchara de rojo, el toro o el hombre?

Quisiera tener todos mis dientes de oro , para nunca pasar hambre.
MANOLO GARCÍA

TOMAS MORENO ha dit...


Los libros entre sus hojas abrazan las letras, palabras y frases para la eternidad.

Las finitas e infinitas arrugas de los labios son resultado de finitas e infinitas sonrisas.
BEGOÑA NAVARRO

TOMAS MORENO ha dit...

Pilar Mengod Clemente
SENTENCIA:
“Algunas cosas son como los calcetines, las vuelves del revés y calcetines otra vez”
REFRAN:
“A quién disfruta el domingo por la tarde, el lunes le sonríe”

TOMAS MORENO ha dit...

Dijo el sabio con falsa modestia "Sólo sé que no sé nada", poniendo de manifiesto, sin advertirlo, que los que estaban escuchándole eran, por tanto, unos ignorantes de primera.
MIGUEL ÁNGEL ALBERO

TOMAS MORENO ha dit...

FALLO DEL SISTEMA.

Miguel Ángel Albero.

Estábamos todavía en octubre y en lo que llevábamos de ejercicio ya había conseguido realizar una cifra de ventas más que notable. Este año las comisiones iban a ser muy jugosas. Acababa de zanjar la venta de un nuevo grupo electrógeno en una fábrica de materiales de construcción situada cerca de Miranda del Ebro. Eran las siete y media y tenía dos opciones, o me quedaba a pasar la noche en algún hotel por allí o me marchaba para Valencia. Decidí que me iría a casa pese a que tendría que conducir de noche. Si me apuraba un poco calculaba que llegaría sobre la una de la madrugada. Conducía un BMW serie 3 que había puesto la empresa a mi disposición. Un coche espléndido con un equipo de música de sonido de alta definición que me mantendría entretenido durante el trayecto. Me gusta conducir por las noches.

La vocecita melosa de la señorita del G.P.S. del vehículo me mandaba por Soria en lugar de por Zaragoza como otras veces. Parece que había algo en la ruta habitual que enlentecería el tráfico por lo que decidí hacer caso al vehículo y seguir la ruta indicada por él. El sistema de navegación de este vehículo era fiable al cien por cien.

La noche estaba resultando más bien oscura. La luna emitía una luz tenue y apenas se dejaba ver alguna estrella de entre el cielo que estaba cubierto en mayor medida.

Tras dos horas de camino, paré a tomar algo rápido en un restaurante de la carretera, llené el depósito y continué mi marcha. Llegado a un punto, el navegador me indicaba que abandonara la autovía y que tirara por una carretera secundaria. Al parecer había alguna retención más adelante que me detendría en exceso. Nuevamente decidí hacer caso al vehículo y tomé por ese acceso.

Iba por una carretera bastante sombría, con ausencia total de tráfico. Pronto perdí la señal de Internet y en la radio no se sintonizaban las emisoras. Tan sólo logré conectar con una cadena de música clásica donde en ese momento la comentarista anunciaba con voz parsimoniosa la emisión del concierto para violín número 2 de Béla Bartók. No soy muy aficionado a la música clásica, pero entre ir en silencio o escuchar el concierto, mejor resultaría escuchar algo. Además, casualmente esa emisora se oía realmente bien.

De momento el viaje estaba resultando sin percance alguno, pese a que la carretera estaba resultando extremadamente solitaria. Desde que me desvié hacía cosa de media hora no me había cruzado con nadie ni había pasado por ningún pueblo. Al cabo de un rato me entró una sensación de sopor. La musiquita había entrado en un ritmo más lento que me daba sueño de oírla. Probé a cambiar de emisora en vista de que Internet seguía sin cobertura por esa carreterucha, pero la radio no me lo permitía. El botón para cambiar de emisora no respondía. Tampoco la ruedecita manual. Pulsé el botón de apagar, pero tampoco se accionaba. Ni tampoco se dejaba bajar ni subir de volumen. Estaba obligado a seguir escuchando esa emisora. ¡Menudo tostón!

Al termino de la pieza musical la misma locutora anunciaba una nueva emisión con su tono de voz monótono. Concierto para violín número 2 de Béla Bartók. ¡No podía ser! ¿Otra vez? La melodía empezó nuevamente. ¡Y la tenía que escuchar entera de nuevo!

Seguí conduciendo. El sistema de navegación seguía dando sus indicaciones. Toqueteé la pantalla para ampliar el mapa y ver cuánto me faltaba para llegar a algún punto reconocible, pero ésta no se dejaba ampliar ni disminuir. Se había quedado anclado a una distancia cercana a mi posición de apenas unos cien metros. De vez en cuando salía la vocecita para indicar que girara o que siguiera recto. Empecé a sentirme asustado. Abandonado en algún lugar remoto con la única compañía del concierto para violín de Bartók y de la señorita del G.P.S.

(...)

TOMAS MORENO ha dit...

(...)Tras más de una hora de camino la carretera se hacía más angosta y mal señalizada. Esto era ya casi un camino de cabras. Además, el número de bifurcaciones iba en constante aumento. Cada doscientos metros había una nueva. La locutora volvió a anunciar por tercera vez la emisión del concierto para violín número 2 de Béla Bartók. ¡Aquí estaba pasando algo! He de reconocer que comencé a sentir miedo. Aguanté un poco más, pero decidí seguir el camino. Tirar para atrás sería una faena a estas alturas. Ya llevaba mucho tiempo desde que abandoné la carretera principal.

A la cuarta vez que se anunció la emisión del mismo concierto de Bartók dije que esto ya había llegado al límite. Dos horas desde que me adentré por este camino, sin ver un alma por la carretera, con el sistema de navegación y la radio funcionando de manera errática. Decidí dar la vuelta y deshacer el camino andado. El G.P.S. me reconduciría. Pero la voz de la señorita y el mapa me indicaba que diera la vuelta, cosa que ignoré. La voz se hacía más insistente, adquiriendo un tono grave y amenazante. He de reconocer que tras las numerosas bifurcaciones que había tomado no me iba a ser fácil salir de este atolladero, pero mi paciencia ya había llegado al límite. Al borde de la carretera apareció una silueta que me hacía una señal. ¡Bajo ningún concepto iba a parar a nadie en medio de la nada! Poco más adelante aparecieron nuevos individuos que parecía que me querían decir algo. Pisé a fondo el acelerador y tiré para adelante. La voz del navegador me ordenaba con tono de alarma que diera la vuelta.

En una curva pronunciada, al reducir la velocidad, apareció un grupo de personas que se me abalanzaban. Me los sacudí con un nuevo acelerón. Más y más viandantes aparecían a ambos lados. Me sentía totalmente angustiado.

Un sujeto se plantó en medio de la calzada con los brazos en alto. Pegué un súbito frenazo que desestabilizó el vehículo y acabé impactando contra algo. Perdí el conocimiento.

Me despierto en estado de extrema debilidad en una habitación totalmente blanca. Mi esposa está al pié de la cama hablando con alguien que parece ser un médico a tenor de la bata blanca que lleva. Escucho levemente las palabras de este último.

- No, no. El impacto del accidente no ha tenido mucha importancia. Apenas unas cuantas contusiones. Lo que más me preocupa es la cuestión del fallo cardíaco que ha sufrido. Lo hallaron inconsciente en el arcén de una carretera comarcal dentro del vehículo y con el rostro como aterrorizado. Sin duda va a tener que guardar reposo una temporada.

Me quedo sólo en la habitación en estado de duermevela. De fondo se escucha el sonido de un aparato de hilo musical. Suena una melodía que me resulta muy familiar. Una vez más se escucha las notas del concierto para violín número 2 de Béla Bártok.

TOMAS MORENO ha dit...

Era tan ajeno a toda pompa y vanidades, que siempre hubiera preferido no ser el primogénito en su bautizo, haber sido el tercero excluido en su boda, y sin embargo, ser máximo protagonista en su entierro.

Tenía tan arrigado el principio de llegar tarde a los sitios, que en un supremo acto de coherencia, compareció llegando tarde a su entierro. Así eran sus principios. Así quiso que fuera su final.

Javier Porro.

TOMAS MORENO ha dit...

VICENTE MARCO
Fills de gats…

Situats en una matinà boirosa de tardor, tenim al menut Albert ajudant, millor dir tractant de no destorbar massa, en un forn de son tío, ja que en aquells temps de principis dels seixanta, cadascú el col·locaven on podien, les xiques en amo, o de passejant-es d'infants, barata menjar i poc més, i els xics que no tenien poders físics per anar al camp de sol a sol, en qualsevol ofici que li permetria fer-se un home de profit i mantenir a una família. Clar que en tretze anys, u no té clar el del profit, si no és que assente bé el que menja, ni tampoc el de la família, perquè les xiquetes no li feien molt de cas.
El treball era, diguem molest, per l'hora que el posaves a treballar, enllà les quatre del matí. El que donava peu a què després de les cinc del matí, encara no hi havia sol, l'enviaven en una lletera a casa el tío Venter, que ja tenia la cafetera a punt i li posava un litre de café, un poc clar i aiguat. Pagaves el que el demanava, era poc i de retorn al forn que estava carrer avall.
Per l'acompanyament del café amb llet sempre hi havien rosquilletes o coca escudella de dies abans, i no cada dia, la majoria era un perolet de malta, que no s'afegia la llet, per no fer una aigua-xirli sense gust de res; qui banyava la coca.
Després, mentre el forner amb més força feia l’escombrà, retirar les brases a un costat del forn, deixant les lloses netes per allotjar el pa que s’anava a coure, treien del pastim les capses llargues amb la massa del pa ja format i mentre el de la boca del forn introduïa de huit en huit, o de sis en sis les peces de pa unes al costat d'altres, perquè es cogueren. Altres forners acabaven de donar forma a la resta de la pastera, que si pataquetes, o fogassa i també rosquilletes.
Les rosquilletes eren artesanes, res a veure en les actuals i tan sols els permetia posarles llavoretes, per allò de fer millor digestió, i molt poques eren integrals, que havíem patit prou amb el pa negre, per a fer ara les rosquilletes morenetes...
Com a pràctica més fàcil tocava començar a fer les rosquilletes, enfarinant-se un poc les mans perquè no es quedara la pasta apega entre els dits.
Més avant vindrien les peces de pa, coques escudellades i de llanda, i per rematar les tortades, encarades per què lluïren més i posar “felicitats” amb el nom del complànyer. (..-)

TOMAS MORENO ha dit...

(...)Més avant vindrien els pastissos de nadal, borratxos i també encarats, el de borratxos és perquè a falta de canella o essències, que no estaven a l'avast, s'afegia a la massa del pastisset, una mesura d’anís del “mono”, que no feia massa efecte i es donava a la xicalla perquè es considerava beneficiós. Els encarats, eren senzills, dos bases redones de massa com de braç de gitano, d’uns nou centímetres de diàmetre i dos centímetres de moniato caramel·litzat o siga “pataca”, que es feia primer passant el moniato cuit i pelat, per un passapuré, cosa precisa perquè la fibra que tenia el moniato d’entonces era com fils de palomar, la pasta es posava amb cassola de fang fonda, tapà amb paper d’estrassa banyat, al forn.
Cada mitja hora es treia i remenejava la pasta, s'afegia sucre si feia falta, i altra volta al forn fins que prenia un color marró com de sucre sense blanquejar, es treia i muntaven els pastissos un a un amb les bases redones, que després repassaven per damunt i els costats, acabant-los en una lleugera cocció per secar l'encaro, i a gaudir d’un bon berenar o tancant un sopar, amb la corresponent copa de mistela...
El pare d’Albert ja era de dolç, no aplegava a llépol, perquè hi havia molts hòmens en casa i no estaven els temps per a fer dolços i floritures. Un any que es decidí sa mare a fer uns pastissos per nadal, un parell de dotzenes, ja que els moniatos havien fet bona collita, s'empenya l’home a l'assabentar-se que hi hauria pastissos, en trobar on els havia amagat, regirà la cuina, l’eixideta, l’alasena ... i quan estava a punt de claudicar, va i els troba en una capsa de cartó, ¡ als peus del matalap dels pares!
A l'Albert li ho posaren més fàcil, prop de nadal havien fet en el forn els pastissos i li donen primer la cassola fonda de la pataca, per dur-la al pastim a netejar-la, per quan tornaren a fer pastissos en un parell de dies; i aprofita per repassar-la en el dit índex, per aprofitar les restes del moniato que la llengua de gat havia deixat. Com no quedava molt no passa res.
A continuació acabats d’encarar els pastissos, li donen un llibrell per a la neteja, perquè la quantitat requeria una peça d’obra en boca més oberta per batre els ous i el sucre, cosa que es feia a mà. Com no hi havia ningú en el pastim, el bon xic s’aplica bé en deixar el llibrell més net que un espill, abans de posar-lo en aigua, cosa que li va produir una indigestió de “padre i muy senyor mío”, ¡aplegant fins a posar-li llavatives!
Descobert el perquè del empatx, es va quedar en la família el “sobrenom d’Albert el llépol”, per allò de què “fills de gats caçadors de rates”.


Vicent Marco, 4-12-23.

TOMAS MORENO ha dit...

- Si algo no depende de tí, déjalo ir.
- Que vixquen les Falles!, encara que no vixca ningú més.
FRANCIS SANGIL

TOMAS MORENO ha dit...

- Vuela, elevate ... hablarán de ti.
Y hasta el sol dibujara sobre ellos tu sombra.

- Cuida tus palabras , pasiones y guerras comienzan en ellas.

- Utiliza la delicadeza, ella dirá mucho de ti.
CRISTINA

TOMAS MORENO ha dit...

TEXTO FICCION:
LA BURBUJA
Pilar Mengod Clemente
Lo primero que noté fue que la libélula que me recogía cada día a la misma hora, me quedaba algo pequeña. Primero pensé que habrían cambiado la composición de las pastillas alimenticias, pero siendo de la Cúpula deberían haberme informado.
Los siguientes días noté cambios sutiles. Las chaquetas, cada día, debían generar alguna escama más. Lo noté porque al principio son más brillantes, las sustancias y los circuitos que las forman, con el tiempo, pierden algo de brillo. Por eso, pasamos revisiones muy frecuentes. Ahora no hace ni un mes que pasé la revisión y el traje me quedaba perfectamente ajustado. Generamos nuevas escamas, si cambia la dieta al viajar fuera de nuestra burbuja o por algún desajuste físico que inmediatamente se reporta al Sistema Central. Nada de eso me había sucedido. Mis reportes físicos, que veo al cerrar los ojos pensando en ellos, eran perfectos e iguales a los del día de la última revisión. Algo más me sucedió la medialuna del día 700 del cuadrante hexagonal. Al iniciar el descanso, programé mis sueños, como siempre, primero imágenes de cuando era niña, luego de mis dos predecesoras y tras la fase REM, de figuras geométricas imposibles. Pero tras la REM, empecé a soñar con seres altos como el trigo y otros enormes como los rosales del museo histórico virtual. No llevaban trajes de escamas y viajaban en extraños elementos de colores y formas que no pude reconocer al principio, aunque luego recordé ver algunos similares en el museo virtual, cuando en el descanso de la toma de pastillas, me entretengo visitando las salas con los ojos cerrados, señal consensuada para que nadie moleste. Eso me relaja, igual que cuando de pequeña, mi predecesora AXXX me describía las salas que ella escaneó y programó en mi chip interno, junto con todos los conocimientos que las “hijas” de la Cúpula debemos interiorizar. Cierto que mi otra predecesora BXYY prefería la programación de las nociones de Arte, Música y Danza, sus favoritas. La Cúpula no consideraba obligatorias éstas últimas. A mí me encantan y siempre me la recuerdan, cuando estoy triste y me quiero animar, visualizo esas carpetas, que ella personalizó con su voz para mí.
Al cabo de dos medias lunas, cuando el aire se vuelve más dulce, ya era evidente que algo nos estaba pasando. Nuestro tamaño aumentaba y los almacenes genéticos individuales de escamas estaban al límite. Nos cambiaron las pastillas alimenticias para producir más escamas, pero no ha dado resultado. Una parte de mi piel sale ya por debajo de mi traje. El primer día me asusté, pero llegaba tarde al Consejo de la Cúpula y me subí a la cigüeña. Hace tiempo que nos cambiaron el transporte. (...)

TOMAS MORENO ha dit...

(...)AXXX me explicó que, tras el GRAN BOOM, nuestro tamaño se redujo al de los insectos que son los únicos que sobrevivieron, ellos y los laboratorios, que al cambiar las condiciones de vida, generaron un ectoplasma que al respirarse modificó genéticamente a los supervivientes. Los laboratorios contenían todos los códigos genéticos de la naturaleza; animales, plantas, bacterias, virus, preparados para replicarse cuando las condiciones lo permitieran.
Para sobrevivir también nos modificamos a nivel reproductivo, fusionando las diferencias sexuales, nos transformamos en hermafroditas, la reproducción era más sencilla, los recursos estaban optimizados y la sociedad era igualitaria. No había guerras. El consenso y la resolución de conflictos eran asignaturas claves de todos los miembros de la sociedad y las personas más relevantes en estas materias que se evaluaban anualmente en la resolución de situaciones reales, entraban a formar parte de las llamadas “hijas” de la Cúpula. Éramos muy similares a los insectos, excepto en las funciones cognitivas. Por eso nuestra vida media no superaba los 1.400 días y eso ya era un éxito. Nuestra reproducción era muy frecuente y abundante para compensar y mantener la población necesaria para no extinguirnos.

Ahora las condiciones fuera de nuestra burbuja están mejorando, permitiendo cambios en el ectoplasma de nuestro sistema y eso está provocando una vuelta paulatina a nuestra anterior condición. A medida que crecemos, los laboratorios van replicando las especies adecuadas y así nos vamos adaptando. El tamaño de la burbuja crece cada cuarto de luna y las imágenes que AXXX grabó en mi chip se parecen más a mi día a día.
Ahora que ya no programo mis sueños, recuerdo la misma frase al despertarme desde hace media luna.” Con las mismas variables los mismos resultados”. Reviso mi chip y encuentro una anotación de AXXX: “Cariño, esta frase nos puede salvar, algún día la tendrás que defender, cuando crezca la burbuja, para evitar otro GRAN BOOM”
Hoy he liderado la reunión de la Cúpula con esa frase, mientras pensaba: “Menos mal que de momento sólo vivimos 1.400 días”.

TOMAS MORENO ha dit...

CORAZÓN DE HIELO

Cierta vez hubo un lugar en la Tierra en el que sus pobladores eran conocidos como los del corazón de hielo, pues nada les conmovía. Pensaron que así sus vidas serían más fáciles, pero estaban equivocados, con el tiempo su indiferencia les envolvió de soledad, nadie quería estar cerca de aquellas gentes que no eran generosas o compasivas, y junto a la soledad, también fue llegando la tristeza a algunos de ellos. Al principio, no supieron muy bien entender que era lo que les estaba pasando, pues no comprendían cómo, teniendo un corazón tan duro, que siempre les había protegido de todo, o al menos eso creyeron, podían sentir ahora, en el centro de sus pechos, justo en el lugar donde tenían sus corazones, aquella opresión; era como si los latidos golpearan entre unas paredes muy gruesas queriendo escapar, pero cada vez, los sentían más apagados, más lejos. La falta de ternura hacia los demás, durante tanto tiempo, les había aislado también por dentro.
¿Y si algún día dejaban de sentir sus propios latidos? Aquello empezó a preocuparles, pues no sabían qué podían hacer. Pensaban y pensaban buscando una solución, pero no daban con ella y, es que sus esfuerzos siempre iban para con uno mismo, nunca estaban dirigidos hacia las personas que estaban a su alrededor. Seguían estando equivocados, después de tanto tiempo actuando del mismo modo, habían olvidado cómo eran antes de que sus corazones se endurecieran.
Cuando todo esto estaba sucediendo, era la época del año próxima a la Navidad y los habitantes del aquel lugar adornaron sus casas, llenaron de luces sus calles, también colocaron un gran árbol iluminado en la plaza, esperaban que todas aquellas luces de colores consiguieran desvanecer la penumbra que les iba invadiendo, pero solo iluminaron el exterior. La desesperanza, un sentimiento que nunca habían sentido, llamaba a sus puertas.
Fue en aquel momento, cuando el portal mágico que une el Cielo y la Tierra se abrió. Los ángeles pensaron que los del corazón de hielo necesitaban un poco de magia, un poco de su aura, para sentirse bien; decidieron que los corazones de aquellas gentes tendrían en cada latido un sentimiento de ternura y de solidaridad hacia aquellos que siempre habían ignorado. Durante la Nochebuena, los ángeles volaron entre las estrellas del Firmamento y recogieron miles de destellos de luz que luego derramaron sobre el poblado. Aquella luz derritió el hielo que cubría los corazones de todos sus habitantes.
Desde entonces, cada Nochebuena, los ángeles siguen derramando la luz de las estrellas para que nuestros corazones nunca se hielen.

Inma García Belenguer

TOMAS MORENO ha dit...

BENE
Matilde O. Fernández Blanco
−¡Por favor, Bene, solo el verbo amar! −el niño, con el libro en la mano, insistía una y otra vez.
−No. Te lo digo siempre. No puedo tomarte la lección. No se francés.
−Sólo quiero que me digas si suena bien. Y si que sabes francés, mi madre dice que has trabajado en Paris.
−Mira que eres pesado. Vale. Pero con la condición de que me dejarás tranquila el resto del día.
−Gracias, Bene. Presente de indicativo: j´aime; tu aimes; il aime; nous aimons…..
Y así mi hermano conseguía que Bene le escuchara las lecciones del día siguiente.
Benedicta trabajaba como modista en varias casas de Mieres.Nos hacía los mandilones para el colegio, convertía los pantalones viejos de mi padre en nuevos pantalones para mis hermanos, le daba vuelta a los cuellos y a los puños cuando se gastaban, lo remendaba todo …. En fin, era una arregla cosas, pero además guisaba maravillosamente. macarrones con bechamel gratinados al horno, arroz amarillo con carne y morcillas, calamares pequeñitos rellenos... Y los postres… ¡una maravilla!
Por lo visto, en Francia trabajó como cocinera en un buen restaurante. Ganó dinero y volvió al pueblo. Se compró una casa y se volvió a enamorar de un antiguo novio que trabajaba en la mina. El minero no quiso casarse nunca. Pero, aunque todo el mundo le aconsejó que no lo hiciera porque era un bruto, se fue a vivir con él y esa fue su perdición.
El minero dejo de trabajar y se dedicó a beber y a gastar los ahorros de Bene. Y cuando ya no le quedaba nada, se marchó a Gijón a vivir con una rubia a la que había engatusado.
Con el tiempo, ya no se necesitaron costureras en las casas y Bene empezó a trabajar en la casa de un médico, vecino nuestro, para cuidar a sus tres hijos pequeños. Le iban bien las cosas, estaba contenta y se volvió a enamorar. Esta vez parecía que había acertado porque el novio era un viudo, muy buena persona y con hijos ya mayores. Para Santa Bárbara, estaban en la fase de amonestaciones.
En mi pueblo se celebraba muchísimo Santa Bárbara, patrona de los mineros. Cerraban todas las tiendas y, nunca entendí porque, protegían sus escaparates de cristal con unas bandas cruzadas de papel para que no se rompieran con las tracas y voladores que resonaban todo el día por todas las calles.
A los mineros no se les escuchaba, pero se les oía bien en Mieres el día de Santa Bárbara.
Aquel día, a media mañana, un tremendo estruendo resonó en toda mi calle. Estallaron los escaparates y alguna ventana y salimos todos los vecinos asustados.
El segundo piso frente a mi casa había desaparecido por completo, junto con Bene y los niños. El bestia de su antiguo novio decidió su destino abrazándola con una carga de dinamita encendida entre ellos.
Siempre me acuerdo de ella el 4 de diciembre

TOMAS MORENO ha dit...


La porta

Era de dimensions colossals, marcava el límit d'accés establert per a la població en general. Un selecte i reduït grup tenia via lliure a la informació custodiada. La porta dita de «l'Obediència i els bons costums», s'obria a conveniència, marcada per un estricte protocol invariable i protegit contra sabotatges.

La quotidianitat, meticulosament establerta, resolia amb eficàcia la consolidació del sistema. Tothom tenia marcats els itineraris, les rutines i els possibles. La vida de la població presentava una aparença de benestar i salut física envejable. S'havia eliminat la curiositat, el dubte i la voluntat d'aprendre. Les necessitats primàries resoltes sense escletxes ni errors. L'aportació de nutrients i l'estructura de la sanitat universal, regides per complexos sistemes de gestió, aconseguien allargar, significativament, l'edat mitjana al voltant dels cent cinquanta anys.

L'escala social era extremadament simple: els Guardians de la porta i la Resta. L'analfabetisme era una circumstància de prestigi social. Extingides les dimensions perilloses de l'intel·lecte, s'havia reduït a l'absurd la capacitat lectora i totes les seues derivades.

Un escàs grup de Jacobins en estat d'hibernació després de l’execució del líder carismàtic (1794), de tendència moderada, havien dormit sense haver resolt les contradiccions internes, cinc segles. Trencaren, no se sap ben bé com ni per què, el cicle, retornant a la vida activa i conscient. Aquell procés adquirí dimensions de revolta. Assetjaren la porta, superaren totes les adversitats i, finalment, la porta caigué vençuda.

Presidint l'entrada al món mai vist, un gran mosaic reproduint la imatge d'un rellotge de butxaca en posició invertida marcant les 11,35 sense possibilitat de determinar si «Ante Meridiem» AM o «Post Meridiem» PM, dificultava la lectura d'un text antic escrit en valencià. A sota una inscripció: 2099 d.n.e. any de la victòria.


Francesc Alemany i Seguí


TOMAS MORENO ha dit...

Tres anys al Carib...
Enllà per l’any 1954, Fredo. del poble de Benillisa treballava de manobre per un sou de subsistència de quinze pessetes a la setmana, treball continu, no com els que anaven al camp, que si no tenien quaranta o cinquanta fanecades pròpies no els donava per un bon passar; hi havia poca feina entre collites, i no estava el mercat ni la butxaca per dispendis.
Les obres no tenien seguida i no es podia viure de remendos. El cant de sirena vingué d’Amèrica, en concret de Santo Domingo, qui manava allí volia modernitzar els cultius bàsics. Es posà d’acord en qui manava ací per enviar-li uns camperols que d’arròs sabien un muntó.
Enllà que se'n van els pares de Fredo i quatre o cinc famílies més de Benillisa amb alguna, que ell recorde d'Almarredrà, els Totxa, no ha sabut dir-me més.
L’oferta era temptadora unes quaranta fanecades de terra per fer arròs, amb casa nova per la família i un cobert, per protegir la collita, una volta arreplegà. Per l’aigua no s'havia de patir, passava un riu que en duia prou i desviant-la amb un trastellaor quan es regava, no en faltava mai. Fonamental per a l’arròs.
Aleshores tenien un sou pactat pel primer any, quan veneren la collita, cessava el sou i continuaven vivint del que donara la terra cedida.
La primera collita anà bé, és ben tota de colp i continuaren amb l’arròs. Mentrimentres nostre Fredo s’havia fet el cap de casa, sa mare en la cuina i feines d’ajuda, però son pare en tocar terra dominicana va caure mal de miasma, i per això no es podia comptar amb ell.
-Bo i de dones que, no hi havia mulates de bon veure, per l’illa...
-No hi-havà massa on triar, i jo amb dèneu anys i fent de cap de casa, tenia massa maldecaps per buscar alguna que m’agradara.
La segona collita ja no es va vendre ni tan bé ni de colp, tota al covertís a expenses que algun comprador acudira amb una camioneta i negociara el preu amb cinc o sis llauradors, comprant poc i al millor preu. Allò no era el que pareixia. Trillar l’arròs, resultava més barat varejant-lo, per huit o nou mulatos, que carrejar-lo a la trilladora i portar-lo de volta en sacs per veure si el vens. Total que era economia de subsistència, el servit pel menjat, i perquè tenien terra i casa debades… Aguantaren dos anys més, en el contracte d’acollida entrava que si no anava bé la cosa, al cap d’uns anys rebrien un passatge gratuït per tornar a Espanya en vaixell; i així ho va fer la família de Fredo que tenia casa en Benillisa i defendria millor que allí.
La resta de famílies varen tindre camins diversos, uns anaren a Miami, a veure si a poc a poc progressaven, altres a Veneçuela, al fi els vaig perdre el rastre.
Hi hagué un tal Domínguez, que es casà amb una dominicana amb possibles cosa que li va permetre viure en un poble gran i progressar, a l'abric del president de torn dominicà (molt amic del consogre) que si no era Rafael, era el germà Hèctor Trujillo, per descomptat. Anys després s’assabentà Fredo, que el tal Domínguez, que tenia dues filles, havia millorat la posició familiar a l'extrem que el president de l’època, va assistir a la boda de la filla major.
Va progressar fins a muntar una cadena de supermercats per tot arreu de la república Dominicana, i assessorat per algun apropat a la presidència, afincà en la província de València, hort ací, finca enllà, no totes en el mateix terme, però amb un denominador comú cada finqueta tenia la seua casa, algunes amb casa per a l'encarregat de dur-la. Per si venia una revolta i agranava a tots els familiars de la dictadura dominicana, cosa que tardaria fins que en el 61, el jurista Joaquim Balaguer, ajudat pel "Tio Sam", pren la presidència i posa ordre en la República Dominicana.

Deixem al bo de Fredo treballant de manobre en Benillisa, que com hem vist...
El Carib no era una platja i molta festa.

VICENT MARCO

TOMAS MORENO ha dit...

Vint anys als Alps suïssos
A finals dels anys cinquanta Fredo en vint-i-dos anys no es troba còmode a Benillisa, i emprèn una nova aventura cap al nord perseguint un treball continu i millor remunerat del que li oferien en son poble.
Va a veure a una cosina que vivia a Marsella i es queda uns mesos vivint amb la família i treballant en el camp. En cobrar el primer mes, ja es notava l'augment en el sou, entre que pagaven més i el canvi de la moneda la cosa lluïa més que en casa, va dir un taco… xe açò val la pena. Fins i tot per mitjà d’un amic que estava en Suïssa, vaig tirar els papers per si em feien contracte fixe en l’obra, i de set que enviaren els papers, només vingué aprovat el contracte de Fredo.
-Vaja, no estava bé, content en el sou i amb la cosina, que almenys li feia el menjar de calent casolà?
-Si estava bé i els caps de setmana dissabte i diumenge festa, però és que: els suïssos pagaven tres voltes més!
Era normal que se n'anara a Suïssa a treballar d'obrer, que era el seu.
Al principi mentre vivía en l'ostatge del treball, el duien en l’autobús de l’empresa i deixant a cada grup en el lloc on fera falta. Després, ja en un apartament, prenia l'autobús i anava on em deien.
Passava per davant l'Unicef, girant a l’esquerra, l'OMS, més endavant la Creu Roja i en no res a la feina. Vint anys em vaig passar allí, treballant en l’obra, relació i amistats poques, jo no soc de botifarres amb la gent, el correcte al tracte diari i capdavant.
Fent obra pública, entràvem en un bar a dinar i com sa llagava algunes setmanes, la cambrera li diu a l'amo si no podíem arreglar el pis de dalt, que pareixia una andana. Pugem paca dalt i em veig una cambra que no tenia ni el pis a nivell.
-Bé i que vol que fem ací... m’explica el del bar que fer una espècie de menjador en pla rústic, amb estants i covetes, per posar ceràmica i coses mecàniques típiques de per allí.
-Vaig començar per anivellar el sòl i després anar dividint i fent estants i covetes en pla rústic, no molt bast.
-Al cap d’uns anys, vaig tornar amb un familiar de visita i l’amo del bar ens feu pujar dalt per veure que l’obra… estava igual que la vaig fer, sense un retoc ni desconxat, molt satisfet de la meua feina, el del bar.
-Poc abans de les vacances de Nadal, ens feia l’empresa un sopar, on s'allargaven prou a base de corder rostit a la brasa, des de pegar-li voltes amb un motoret que feia marxar una maneta i anava rostint en mig bidó ple de brases, els suïssos sempre tan nets i curiosos.-Al final del sopar ens repartien un sobre amb paga extra i el meu quan ja era cap d’equip venia més pujat, prou més que de manobre ras.
-En fer temps que era allí, i portar un equip d’obrers, anaven encomanant-me feines cada volta de més cuidades, que si en casa d’un regidor, una reparació en casa l’alcalde de Chambercy, coses de compromís de l’empresa, senyal que confiaven i ho feia bé.
- I el francés com el portava, tot el dia parlant-lo?
-Que va, els que duia amb mi eren espanyols i algun italià, que agraïen que els transmeteren el que s'havia de fer i ho tenien més clar en castellà, crec que portaven l'idioma pitjor que ió.
-Després al quasi vint anys, en el 73, vaig tornar al poble.
- Com va ser això, si allí guanyava més que un torero ací?
-Va ser la família, que si els xiquets quan tornes no el coneixeran, que veges tu que fem separats… Perquè em vaig casar tard, i clar la família tira. La dona era del poble i al primer xicot se'n tornà, i clar no era pla estar tan distanciats i veure a la família dues estones a l'any. …
-Com en casa no hi ha res...!Però fora paguen més ¡

VICENT MARCO

TOMAS MORENO ha dit...

VIVIR CON PLETINUD

La noche era cálida en la sabana de Masai Mara; alrededor de la hoguera estábamos las dieciséis personas que habíamos contratado el safari fotográfico. Después de un día descubriendo animales en libertad, el cansancio se hacía notar, pero me resistía a que terminase un día de tantas emociones, me sentía como Grace Kelli en Moganbo. Alargamos la noche entrelazando conversaciones preguntándonos, quién había hecho las mejores fotos, como estaban hechas con cámara de carrete no podíamos visualizarlas, así que fantaseábamos que todos habíamos sacado las mejores instantáneas. La fotografía es mi pasión y captar el momento se me da muy bien, fotografiar a los elefantes, jirafas, cocodrilos, leones, leopardos y algunas especies más es una experiencia fascinante, como también fue dormir en tiendas de campaña equipadas como si estuviéramos en un hotel de lujo y en la mejor suit, con un centinela Masay en cada una de las tiendas, para evitar que se acercara algún animal no deseado.
Al día siguiente fuimos al poblado Masay y la tribu nos recibió agasajándonos con una gran fiesta, las mujeres y los niños lucían ropajes multicolores y con vistosos abalorios que se los ponían en las celebraciones especiales y de gala, los hombres llevaban las caras pintadas y danzaban con movimientos rítmicos según los cánticos, todos sujetaban un palo largo que les servía para impulsare y dar los saltos típicos de los Masays, al mismo tiempo que nos hacían un pasillo acompasándolo con el sonido de las palmas y de los yembes, jamás podré olvidar el viaje a África. Aún conservo en mi retina el atardecer rojo, el sol grandioso rozando la tierra en el horizonte, una estampa única, no puedes verla en otro lugar del mundo, el Sol de África y el río Mara, con sus meandros infinitos, contemplando las manadas a los ñus intentando esquivar a los cocodrilos, una familia de leones bajo un árbol refugiándose del calor retozando tranquilos, las jirafas majestuosas por encima de los árboles masticando las hojas, un grupo de elefantes caminando con lentitud en busca de algún charco para aplacar la sed, los graciosos monos que se subían al Jepp reclamando comida.
En ese lugar la mente está en calma, incita a la meditación y pensar que bello es el mundo, que hay que explorarlo y nutrirse de experiencias inolvidables, es la mejor mochila que podemos llevar para andar por el camino de nuestra vida.

Amparo Forés 15/12/2023

TOMAS MORENO ha dit...

HOJAS SECAS

Al levantar la persiana, las hojas acumuladas durante la noche de fuerte viento, acogieron nuestras pisadas y se colaron en la entrada de la tienda quebradas y revueltas.
Unos clientes madrugadores, tras el ritual del gel de manos, se disponen a rastrear en el expositor, en las mesas de autores destacados o las estanterías, por si hubiera novedades.
Acababa de barrer el rastro habitual de cada mañana, cuando se dirige a mí una mujer de rostro cansado y algo ajado.
-Hola, buenos días… Venía a dejar una donación de libros. Me dieron cita a las diez y media.
-¿Trae muchos? ¿Necesita un carro, que le ayudemos?
-Ah sí, muy bien. Tengo varias cajas en el maletero del coche. Mis padres han muerto y estamos vaciando la casa, sabe usted.
- Espere un momento, por favor, ahora mismo sale una compañera.
Mis padres han muerto y estamos vaciando la casa. La misma información, repetida, no solicitada, añadida durante todos estos meses de cierres, ausencias y despedidas malogradas. A veces la dueña de los libros donados es una madre, un tío que vivía solo, una abuela que hace mucho dejó su casa para vivir en un centro con mayor asistencia.
Pasamos al almacén y continúa el miserere.
-Verá que traigo muchos libros de poesía. Mi padre pertenecía a un grupo de poetas amigos que celebraban tertulias regularmente y llegaron a publicar algunos de sus trabajos.
Le sonrío mientras extraigo de las cajas los volúmenes. Empiezo a colocarlos en las estanterías donde guardarán cuarentena durante una semana, hasta poder entrar en la rueda de la venta solidaria y proyectarse en realidades ajenas a la ficción.
-Muchas gracias, señora. Puede pedir en la tienda que le abran una ficha con sus datos, si usted quiere desgravarlo en la declaración de Hacienda.
-No gracias, me marcho ya.
Y me quedo leyendo cada título. Dos, tres, veinticinco, cuarenta y tres, según los voy colocando, y son bastantes, y me mareo. Porque yo lo leo todo. No puedo dejar de leer todo lo escrito que pasa ante mis ojos. Y a la vez el rostro de la mujer también permanece, y esa necesidad de compartir la pérdida, el vacío, un pasado que el recuerdo estiliza y acicala.
Padres que te cuentan “Hemos cambiado la habitación del niño, sabe usted. Necesitábamos espacio para sus apuntes, carpesanos y enormes libros de Secundaria”. Nostalgia ante los hijos ya crecidos que ahora empiezan a cerrar la puerta del cuarto. Pasan ante mí títulos que yo misma compré, leí y releí con mi hija cuando era pequeña. Lecturas de aula, libros en los zapatos la noche de Reyes, regalados por el cumpleaños también.
Una mujer que te habla de su hermana, lectora compulsiva de novelas románticas, género que ella no soporta. Un montón de libros que no quiere conservar ahora que su melliza ya no está, porque no le gustan las ensoñaciones y la realidad se impone. “Necesito espacio libre para poder alquilar una parte del piso. Es demasiado grande para mí sola, sabe usted.”

TOMAS MORENO ha dit...

(...) En ocasiones sólo te dejan unas cajas o bolsas sin más explicación, y aún así, los libros donados te acaban contando algo de sus dueños. La aficionada a la fotografía. El amante del arte y la pintura con mayúsculas. El cocinero de buen hacer. La enamorada de mundos esotéricos. El creyente en libros de autoayuda y recetas de psicología o el lector exclusivo de clásicos.
Un día ves entrar una remesa de libros que reconoces de inmediato. Los tienes atesorados en casa, habitan tu espacio y tu memoria. Textos leídos durante la carrera y también lecturas de generación. Autores de culto durante las últimas cuatro décadas. Ahí están mirándote a los ojos. Títulos que lees en cascada, mientras sientes el vértigo de la información que evocas al colocarlos en su sitio, estanterías de espera y sanación. Una vez transitados los recuerdos entre las tapas y algún marcapáginas encerrado sin tiempo, el peso de esos libros cae sobre ti.
En ese momento empiezas a preguntarte de quién es esa voz que dice “Vengo a traer una donación grande de libros. Estamos vaciando la casa de mi madre, sabe usted.”
AMPARO BERROCAL

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LA VIDA NO ERA UNA PELÍCULA (LAMENTABLEMENTE)
Por mucho que siempre me ha gustado -y todavía me continúa gustando- ya no voy al cine. Tumbada, en posición incómoda, las preguntas se agolpan en mi mente sin poder encontrar una respuesta satisfactoria: Un, dos, tres, responda otra vez! De pequeña me creía Pippi Calzaslargas y soñaba que mis padres no existían, que vivía sola en una casa con tejado sin tejas en la que no te mojabas aunque lloviera, con un caballo de lunares por única compañía , contando con la complicidad de mis dos vecinas a quienes arrastraba en mis fantasiosas ocurrencias. Así nos habíamos escapado las tres una tarde tórrida de verano a lomos de nuestras bicicletas que habíamos aparcado al borde del río buscando desesperadamente a la mamá de Marco, a quien nunca encontramos a pesar de haber llorado en todos y cada uno de los episodios. A quién sí encontré al llegar a casa fue a mi madre, zapatilla en mano y cara de poquísimos amigos.
Y así transcurrió mi infancia, pensando que algún día vendría Mazinger Zeta a solucionarme los problemas y yo lucharía junto a él convertida en poderosa Afrodita, abatiendo a todo el que se pusiera por delante con mis “pechos fuera”; lo primero de todo, lanzar un torpedo y borrar de un plumazo todas las fórmulas de números minúsculos y signos esotéricos que ocupaban por completo hasta el último rincón de la pizarra, y así ver la cara atónita de Don Vicente, el profe de Matemáticas, que con voz agonizante repetía: “Señorita Medina, ¿qué ha hecho usted? ¡ Ha borrado la explicación de toda la hora de clase!”
A punto de entrar en la universidad, me ví recorriendo Manhattan en blanco y negro montada en un taxi amarillo. Coincidí con Annie Hall jugando al tenis y me copié su camisa blanca con chaleco negro, su corbata gigante y sus pantalones anchos. Ah, y sobre todo, su genial y estiloso sombrero. De ese modo, me apunté al estilo bohemio chic y me matriculé en Filología.
Tras los estudios, ya en el Reino Unido, buscando apartamento de alquiler se ofreció la señora Danvers a enseñarme la habitación que había ocupado anteriormente una tal Rebeca, a la cual parecía haberle tenido especial simpatía. La mirada glacial de esta señora me hizo desistir de aceptar la habitación, por miedo a no estar a la altura de la anterior inquilina.
Y así fue trascurriendo mi vida, trabajando en institutos que no se parecían en nada a los internados elitistas británicos con sus vetustos edificios rodeados de verde campiña en los que la única ocupación de los alumnos parecía ser organizar a escondidas fiestas nocturnas en Torres de Malory, o transitar de noche por tortuosos corredores buscando misterios por los rincones de Hogwarts. Y yo, más perdida que Lost in Translation.
Me casé un día de enero, y como todavía no se había rodado la peli “Novia a la fuga” no pude hacer honor al título y me sumí en una sucesión de días de vino y rosas. Más vino que rosas, y más tinto que blanco.
Y así, entre una cosa y otra, me encuentro aquí con un cóctel en la mano- que ya no me caben más pastillas- esperando el veredicto del afamado Doctor House , a ver si encuentra de una puñetera vez la cura a esta extraña enfermedad que me impide seguir viviendo una vida de película.

Mª Francisca Sangil Castany

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CUÑADOS
Metió con cierta aprension a su suegra en el maletero; mejor dicho a la urna que contenia sus cenizas. Este seria su ultimo viaje al pueblo de cantabria donde habia nacido y donde ella queria que las esparcieran.
Su mujer habia tenido esa noche un cólico y no podia acompañarlo, por lo que su cuñado se ofreció para que no fuera solo en un viaje tan poco agadable. Lo recogió en la pueta de su casa y comprobó que aunque era pronto ya llevaba un puro encendido.Subió al coche y ambos se saludaron con un gruñido. Llovia, el cuñado daba bocanadas sin ningun miramiento, conectó la radio, pero pensó que le animaria mas poner al Fari, vió por el rabillo del ojo el gesto de disgusto del cuñado.
La luvia arreciaba y el Fari tambien con el Torito Bravo, y de repente el cuñado le soltó una bocanada de humo gritando, ¡no me gusta el Fari!
Soltó el volante y agarradólo por el cuello y sin ver el acantilado gritó,
¡ni tú a mi tampocoooo!
Ana y Juan habian quedado para dar un paseo romántico por la playa, la tarde era apacible despues de la fuerte lluvia de esa mañana. Algo flotando traian las olas y al acercarse comprobaron con estupor que era una urna con cenizas.
M J SÁNCHEZ

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La mujer venida de mar adentro
Voy a contarles una historia, no por mágica e imposible menos real y verdadera. Intentaré narrarla con todo el rigor que a mi lengua se alcance.
Debo confesarles que esta visión seductora y atroz, al mismo tiempo, me hizo brotar de los ojos una sola y única lagrima condensando en su interior el testimonio de todo un mar fantástico. Fue fraguándose en mi retina desde un tiempo inmemorial, y de pronto vino galopando por el túnel de mi conciencia para acabar arrojada, en mi realidad más real, en un abrupto parpadeo.
El desolador acontecimiento se remonta a un barracón de feria. Iba yo paseando desganado y abstraído, sumido en “Dios sabe que cavilaciones”. Entonces, se alzó una voz que sentí distinta a todas las demás, por insinuar un tono inquietante acorde con el género humano y espeluznantes deformidades que allí se daban cita.
Entre los casos más curiosos que contemplé a lo largo de mi vida, recuerdo uno que me inspiro una especial ternura. Se trataba de un niño que nación sin piel, más no en cueros sino en carne viva. Ante tan desgraciada carencia se le rodeo de inmediato a modo de improvisada incubadora con suntuosas pieles de los animales más preciados, pero a toda posible envoltura experimentaba un alérgico rechazo.
Después de haber agotado sucesivamente todos los procedimientos quirúrgicos sobre injertos en piel humana, la desesperación y consternación de los padres, le condujo hasta el curandero quien acogió el caso del niño tomando como primera y expeditiva medida de urgencia, proceder a elaborar un ungüento balsámico compuesto esencialmente por leche de nutriz, harina, gelatina, extracto de melanina, mosto de uva, aceites y colorantes. Cuando lo visité por última vez, estaba ya viejo y arrellanado, fluyendo sin prisas dejando a su paso una hilera de manchas de aceite. Sus grasientos días finalizaron de manera inútil, aunque de joven recibiera proposiciones para ser utilizado desde pastilla de jabón o sirviéndose de su cuerpo a modo de licuadora de zumo de frutas a demanda del consumidor.
Pero la historia que me remuerde y no puedo ya por un instante más guardar, y que me ha impulsado a contarles esta galería caprichos de la naturaleza es lo que les paso a narrarles ya sin más demora.
Se trata de un barracón en cuyo interior velado tras espesas cortinas de rojo damasco, como para no dejar escapar ni una gota de la pasión que allí se concentraba. Allí se daba cita un caso clasificado como ser andrógino, en realidad cabria hablar de dos individualidades hombre y mujer fusionadas de tal modo, ahí donde la flor del sexo aspira a entrelazarse con su otra mitad. la ley del amor que tiende al Uno parecía en ello cumplirse plenamente.
(...)

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Entre sus amores apasionados cabe destacar como fue seducida por la fuerza antes depredadora que protectora del tiburón, que rápidamente quedo prendado y prendido de sus pechos, hasta que en un arrebato de celos le desgarro los pezones. Tuvo la saludable ocurrencia de revestirlos con las hospitalarias valvas de dos ostras que le sirvieron fielmente de sostén Cuando estos fueron desprendiéndose, se apreció el exquisito trabajo de orfebrería obrado durante el periodo de ostracismo. Sobresalieron entonces dos pechos nacarados ya repuesto de la brutal agresión y rematados con dos brillantes perlas engastadas en los pezones devorados.
Narciso, temiendo la letal erosión de Afrodita, tuvo por fin agallas para reaccionar y salir de su asombrado y embelesado gozo, para con energía traerla has la tierra evitando que su cuerpo quedase diluido en su esencia de sal marina.
Parecían los seres más felices y completos como si en verdad gozasen cada instante de tan intima compenetración y sumidos en un amor imperecedero. He de confesarles que al haber podido contemplar en el barracón con mis ojos este instante eterno de felicidad, me broto de mis ojos una lágrima que ha quedado fijada en mi memoria como oro en paño.
Sin embargo, no hay nada más efímero que la felicidad, como así pude comprobar al poco tiempo cuando este museo de horrores y rarezas exóticas se instaló nuevamente en mi ciudad. Presurosamente me encamine al barracón donde se exhibía este insólito caso que asalto mi adormecida conciencia.
Enseguida percibí que el “ser andrógino” en tanto fusión perfecta del hombre y la mujer, se había volatilizado y en su lugar se colocó simbólicamente una pecera de agua salada de color añil que contenía un pez que dejaba tras de sí una difuminada estela de tinta de su zigzagueante trayectoria, como un resto de sinuosa historia que no se pudo escribir.
Esta pecera es la verdadera y real lágrima que ha sido traída de un mar fantástico y es el único y verdadero recuerdo que sostiene el relato (y seguirá sosteniendo mis días venideros), en tanto ha sido fraguado, tejido con la materia más íntima de mis sueños.

Cuento fantástico.
Autor: Javier Porro.

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Angela Ruiz Gil


EL VIAJE

Por fin habían conseguido encontrar un fin de semana para ellas. Su objetivo era escapar por unos días de la rutina y hacer una fiesta de pijamas con las amigas; se trataba de volver cuarenta años atrás y pasar unas noches de confidencias y risas como si fueran, de nuevo, unas adolescentes llenas de inocentes e inalcanzables sueños. ¿Alguna tuvo la suerte de aproximarse algo al suyo?

Tal vez Pili, que acabó Derecho y conoció a su marido en los pasillos de los juzgados. Vivía en un chalet de las afueras de la ciudad y tenía dos encantadoras adolescentes que tan solo se llevaban dos años de diferencia.

O fuera Rosa, que decidió conocer mundo sin ataduras, se hizo freelance y hacía fotos maravillosas en los sitios más impresionantes del planeta.

O, a lo mejor, fue Mamen quien deseaba tener una familia numerosa con una enorme casa llena de niños y un amplio jardín donde corretearan grandes y pequeños perros; todos en armonía, todos felices “in eternum”.

Pero la mejor fue, sin duda, Mariajo que tropezó y se equivocó muchas veces con las decisiones que tomaba en su complicada vida. Sin embargo, pasadas, sufridas y vividas todas esas etapas, descubrió el verdadero color y sabor de la felicidad. Para ella ser feliz era estar en paz con el mundo, hacer lo que le diera la gana sin hacer mal a nadie y poder vivir y viajar con lo que ganaba con su trabajo. Consiguió no depender económica ni sentimentalmente de ningún hombre. Hacer su vida sin pedir permiso ni dar explicaciones a nadie, salvo a sus adorables hijos, y disfrutar de cada segundo de su vida, como si se fuera a acabar todo en ese momento. ¿Mañana? ¡Quién sabía si seguiríamos aún en este mundo o ya criando amapolas!

Después de coger un madrugador vuelo de más de dos horas con destino a Bruselas, tomar luego un tren a Brujas y hospedarse en aquel coqueto apartamento frente al canal, las cuatro amigas estaban vestidas con el mismo pijama (regalo de Mamen) tomando una cena ligera rematada por alcohol y chocolate de la zona, y recordando anécdotas del colegio donde se conocieron e iniciaron juntas esa aventura llamada “vida”.

Las risas y la complicidad del momento les hizo recordar que nunca dejaron de estar cerca unas de las otras, que el contacto que habían mantenido intermitente, como las luces navideñas de las casitas de alrededor, las seguía llevando juntas por la vida.

Unos días más tardes, mientras miraban en el aeropuerto de Charleroi el cartel informativo de los vuelos de salidas, volvían con las maletas llenas de buenos ratos y algún que otro regalo para sus familias.

¿El próximo destino? ¡No sabían haciendo dónde sería, ni cuántos años tardarían en realizarlo!